Ricardo Montalbán
(1920-2008)
Recuerdo cuando era niño y mi familia se congregaba en la sala de la abuela para ver el programa de "La isla de la fantasía".
Me aterrorizaba.
Un lugar de ese tipo, tan de sueño, con anfitriones tan elegantes y atentos, no podía ser -para mi mente infantil, cultuvada en pesadillas por una matrona cristera-, otro que el infierno. El buen señor Roarke (Montalbán), me parecía un taimado Mefistófeles mientras que Tatoo -encarnado por el actor francés Hervé Villechaize-, era en realidad un pequeño trasgo en frac que seguramente se cebaba con las carnes los incautos visitantes una vez que caían los créditos finales.
Luego, con los años, me di cuenta de que el demonio es, en realidad, aún más refinado.
"La isla de la fantasía", de sólo 14 capítulos, tenía el encanto inocentón de las series de su tiempo. sus tramas eran sencillas y repetitivas -variaban sólo en la medida en que variaban los deseos de los visitantes-, y sus personajes principales jamás sufrian progresión o proceso evolutivo alguno, eran los mismos en el primer y en el último capítulo de la serie. Todo el atractivo de La isla... recaía en el carisma de Montalbán, maduro latin lover de sonrisa topical, y en las gracias de Villechaize y en su archiconocido grito al anunciar el arribo de nuevos visitantes: El avión, jefe, el avión.
Ahora, Ricardo Montalbán se ha despedido de este (in)mundo. Seguramente, en el momento el que escribo estas líneas, va arribando a algún inframundo isleño mientras el ilustrisimo Tatoo -quien se le adelantó, incrustándose una dosis letal de plomo en el cráneo alla por 1993-, lo anuncia desde la torre vigía. Es de esperar que el chaparrito Hervé, tan sufriente en vida, haya encontrado en el otro mundo alguna cura para su desesperación.
De no ser así, por lo menos ya no está solo.
Buena estancia, don Ricardo.
Omar Delgado
2009
3 comentarios:
Sí, caray, qué mal la muerte de Montalbán. Precisamente por la evocación a nuestra infancia a la que nos remite La isla de la fantasía. Algún lo alcanzaremos. Saludo
Don S3co:
Pues bueno, todos tenemos que irnos en algún momento a "La isla de la fantasía".
Don Ricardo vivio bien, hasta casi los 90 años. En quien sí se cebo el infortunio fue en Tatoo: sufría de trastorno borderlie cuando aún no se sabía que era. El buen chaparrito no pudo hacer otra cosa que pegarse un tiro.
Por cierto... A mi siempre me gustó más como Nick Nack, el torcido ayudante de Francisco Scaramanga en "El hombre del revolver de oro", que como Tatoo.
Muy buen año. Suerte en sus letras y en su vida.
Perdón... Quise decir "Borderline"
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