jueves, noviembre 09, 2006

Volver con Almodovar

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Las mujeres y su universo siempre han sido una constante en la filmografía del director español, desde el trabajo que lo dio a conocer, Mujeres al borde de un ataque de nervios, el manchego ha mantenido como una de sus constantes temáticas las sutiles filigranas que forman la red de lo femenino, esa red que se forma de entendimientos, de verdades a medias, de güiños, murmullos y sobreentendidos.
En Volver (2006), conviven las historias de las hermanas Raimunda y Sole, ambas outsiders, ambas mujeres que buscan sobrevivir en un Madrid agreste y despiadado. Raimunda (Una muy voluptuosa Penélope Cruz) tiene que lidiar con el asesinato de Paco, su marido, a manos de su hija, en tanto que Sole, divorciada y cándida, tiene que hospedar a la madre difunta. Mundo femenino el que nos presenta Almodovar, mundo en donde todos los matices de la mujerez están presentes: desde la fuerza de Raimunda, digna hija del vendaval manchego, dispuesta a pagar por el crimen que no cometió, hasta la sutil tenacidad de Sole (Lola Dueñas). También están la estóica dignidad de Agustina (Blanca Portillo),amiga de la familia, enferma terminal de cancer, y la insensatez de Irene (Carmen Maura), tan loca como el más certero de los oráculos.
En este trabajo de Almodovar el hombre tiene una presencia física limitada, pero su influencia se hace sentir en toda la trama. De hecho, es lo masculino uno de los motores (no el único) de los conflictos de Raimunda, Sole e Irene. Hombre es Paco, quien trata de violar a la hija de Raimunda, y sufre las consecuencias; hombre es también el padre de las hermanas, quien ocasionó la desaparición de Irene; hombre el dueño del restaurant que Raimunda acaba regenteando, y hombre también el director que le coquetea. Es a través de lo masculino que se pueden dar los giros en la historia.
Secreto, tu nombre es mujer. Sutileza, tu apellido. Almodovar trata temas por demás sórdidos (El incesto, la pedofília, la violación, la rapiña de los mass media, en especial, la televisión), de una manera suave. En el mundo femenino que nos presenta el manchego la tragedia lo es menos con solidaridad y comprensión. Son esas redes imperceptibles, tejidas con suspiros y suspicacias, las que impiden que las mujeres de Almodovar caigan en la desesperación. Es la esencia femenina las que les permite a Raimunda y a su hija perdonar a Paco y darle un entierro digno (aunque clandestino), y es la misma la que hace que la muy viva difunta Irene siga en su papel de ángel custodio, ahora con Agustina.
Por que al final todos los seres humanos, mujeres y hombre, pensamos en volver.
Omar Delgado
2006

1 comentario:

Sandra Becerril dijo...

Hola!! Me encantan tus post porq me dan agans de leer, ver lo que recomiendas...

besos de inicio de semana