lunes, septiembre 18, 2006

Quantum leap. La cuántica de lo divino

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Un salto a los noventas
Quantum leap (Conocida en México como "Viajeros en el tiempo"), inició transmisiones en 1989, aunque en el mundo de habla hispana la conocimos hasta dos años después. Tuvo una duración de cinco temporadas. Dicha serie compitió con otras como Los Dukes de Hazzard, Miami Vice y la archireconocida (y archipendeja) Beverly Hills 90210. A diferencia de las anteriores, Quantum Leap era una serie inteligente, que integraba en un discurso seductor la ciencia cuántica y las preocupaciones metafísicas. ¿Dónde acabas la ciencia? ¿Dónde inicia lo divino? ¿Es la física cuántica y sus preceptos una rendija a través de la cual nos podemos asomar y dar un vistazo a Dios?
De viajeros en el tiempo
El viaje en el tiempo es una constante en la ciencia ficción. Desde finales del siglo XX, cuando H.G. Wells publicó su novela La máquina del tiempo, las historias de los crononáutas (Viajeros en el tiempo, pues) han pululado en el cine y en la literatura (y por supuesto, en el hijito de ambos: el comic).
Hay que decir que el maestro Wells sentó las bases de las historias de viajes en el tiempo, pero también su novela resultó ser un "prototipo" de las futuras hazañas de los viajeros. Es decir, que son pocas las historias de viajes en el tiempo que salen del esquema que crea el autor británico: una máquina, inventada por un brillante científico es utilizada para saltar de época en época y cambiar la historia. De ello, se pueden citar varios ejemplos: La ya mencionada La máquina del tiempo, (Tanto el libro como las películas que se han hecho en su nombre), la excelente y cotorra trilogía Volver al futuro, la espantosa película Timecop (estelarizada por Jean Claude Van Damme... no hay que decir más), la excelente Time after time (Película en donde el mismísimo Wells inventa la máquina y viaja a nuestro tiempo para detener a ¡Jack el destripador! ), la serie de los sesentas El tunel del tiempo, los fabulosos relatos de Ray Bradbury y de Philiph. K. Dick, entre otros.
En los medios audiovisuales han existido intentos para abordar el tema del viaje en el tiempo desde un concepto diferente al de "Maquinita del tiempo y científico loco", entre ellos se puede mencionar la reciente película The butterfly effect (2005), en donde el protagonista puede cambiar aspectos de su vida a través de sus diarios, o la ya mencionada Quantum Leap.

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La historia del Quantum
La historia se puede resumir así: Samuel Beckett (Sam, para los cuates), es un brillante científico, ganador del premio nobel en física, médico y políglota. Está considerado la mente más brillante del siglo XX. A principios del año 2000, Sam trabaja en el proyecto "Salto Cuántico", que se basa en la teoría de que una persona puede viajar al pasado hacia momentos de su propia vida por medio de la aceleración de partículas. Presionado por el gobierno, el doctor Beckett experimenta en sí mismo, y desaparece...
El experemiento sale de control. (o, más bien, álguien le quita las riendas a los científicos) Sam aparece en el cuerpo de otras personas, en distintas épocas (como si se posesionara de ellas), y tiene la misión, impuesta por una entidad superior, de mejorar la vida de sus "hospederos". Para ello, cuenta con la ayuda de su mejor amigo, Al, un consultor del proyecto al que puede ver en forma de holograma transmitido directamente a su cerebro. Es decir, Al sólo puede ser visto por Sam, y Al no puede interactuar en la época en la que está el viajero en el tiempo. Al no es solo la compañia de Sam; también es su fuente de información, pues por medio de una computadora (llamada Ziggy, no me pregunten por qué), le hacía saber el motivo de su salto y lo informa, en general, de su entorno.
La premisa de la serie es compleja, así que en cada capítulo había un breve prólogo explicándola de manera sucinta, lo que permitía al espectador ubicarse rápidamente. Los capítulos de la serie eran autoconclusivos, con un epílogo que era el inicio del siguiente, y que siempre hacía que Sam se encontrara en una nueva y difícil situación, lo que conservaba el interés del público. En sus saltos, Sam tenía que "encarnar" a distintos personajes: hombres, mujeres, afroamericanos, niños, minusválidos (Perdón, todavía no era políticamente correcto aquello de las "capacidades diferentes"), que vivieron en distintas épocas de la última mitad del siglo XX (Lo que concuerda con la edad de Sam y no desmiente la premisa del viaje "a lo largo de la vida del viajero"). Ésta regla tuvo una excepción: en algún momento de la serie llega a encarnar a uno de sus abuelos, un combatiente de la guerra civil norteamericana (1860-1865).
Éstas características hacían que las tramas de los capítulos fueran ricas y complejas, pues Sam lo mismo encarnaba a un pianista invidente que a un piloto de pruebas, a un muchacho con síndrome de Down o a una hermosa e inteligente secretaria de los años sesentas. Además, tanto Sam como Al eran entes actuantes dentro de las historias, y a veces, obraban de acuerdo a sus interese personales: en una ocasión, Al falsea la información que le da a Sam para que el viajero evite que su ex esposa se vuelva a casar y lo abandone. (Al, en el tiempo de ese salto en específico, estaba prisionero en Viet Nam y dado por muerto), y en otra ocasión, el propio Sam se niega a salvar de la invalidez a un rival de amores, un arrogante actor que la hacía de don Quijote en The man of la Mancha.

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Sam Beckett. El Quijote Cuántico.
Samuel Beckett tiene una historia como personaje bastante rica y compleja, la cual incíde directamente en sus viajes en el tiempo. Nació en una granja de Kansas y tuvo un hermano, el cual pierde la vida en la guerra de Vietnam. Sam posee la mente más brillante del siglo XX: es doctor en física cuántica, medicina y otras cinco disciplinas más, habla siete idiomas activos y dos lenguas muertas, es un pianista prodigio que a los diecisiete años dió un concierto en el Madison Square Garden; además, es un artemarcialista experto. Tiene un historial de amores fallidos y es soltero al momento del experimento. A pesar de todos sus saberes, tiene poca experiencia práctica en la vida. Ahí es donde entra su inseparable escudero, Al. Conforme transurre la serie, los saltos de Sam tendrán un impacto directo en su vida en el año 2000.

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Al, el Marine Sancho Panza.
Albert Calavari, el mejor amigo de Sam, es huérfano. se cria en un orfelinato del que escapa varias veces. Tuvo una hermana, Trudi, débil mental, que murió joven y que es un referente emocional muy fuerte para él. Ingresa a la fuerza aerea y es héroe de la guerra de Viet Nam, en donde es capturado por el Viet Cong y hecho prisionero por cinco años. Se ha casado cinco veces y ha tenido incontables aventuras sexuales. Además, en sus roles de la vida hizo de todo: fue motociclista en los cincuentas, gigoló, ladrón, carterista, y un largo etcétera. Al es la referencia vital de Sam, es quien lo guía a través de sus aventuras con su conocimiento práctico y su desparpajo. Tiene una moral ambigua (al contrario de Sam, que casi siempre es asquerosamente recto), pero su fidelidad al viajero está más allá de toda duda. Al momento del experimento es almirante de la U.S N.A.V.I y observador por parte del gobierno (de hecho, el proyecto es de una agencia militar de los EE.UU.), y cuando Sam queda perdido en el tiempo se vuelve su referencia y su compañero. Al le debe mucho a Sam, pues lo ayudó a vencer un alcoholismo crónico que estaba destruyendo su carrera y su salud.

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Las virtudes
Quantum Leap, producida por Donald Belissario, se transmite entre 1989 y 1993. Está en la frontera de las series de los ochentas (onda los dukes de Hazzard, t.J. Mackey y Magnum P.I.), y las series de los noventas y del nuevo siglo. (Desde Friends hasta C.S.I, pasando por Buffy y Melrose Place). Quantum Leap contó con dos excelentes actores como los protagonistas: Scott Backula (Sam Beckett) y Dean Stockwell (Al) que encarnaban a la perfección a los dos personajes. Los guiones generalmente son de una calidad muy alta, y la historia le requería al espectador cierto grado de inteligencia (lo cual es de agradecerse).
Además, el meollo de Quantum Leap era el hecho de que una entidad superior (¿Dios?) tomaba el control del experimento para cambiar la historia. No la historia de los libros, la historia de los pequeños hechos, de las vidas de los hombrs y mujeres que Sam encarna. Generalmente, Sam llega en un momento en el que su "hospedero" o los allegados de este están en un grave peligro (desde un divorcio hasta el ser asesinados por un Serial Killer), y Sam tiene que corregir estos hechos.
El gran planteamiento de la serie consiste en que son las decisiones que toma cada persona, pequeñas o grandes, las que pueden cambiar el curso de su vida para bien o para mal. En Quantum ...se pueden ver las consecuencias de dichas acciones, y el papel que toma Sam para modificarlas y, así, mejorar la vida de los involucrados con el viajero. Esta mejora se basa en el equilibrio. Sam equilibra el órden del cosmos con sus actos, los cuales, lejos de resultar espectaculares y titánicos, son tan cotidianos cómo el hablar con un hijo desorientado o escuchar a una amiga al borde del suicidio.
Sam, en uno de los mejores capítulos de la serie, encarna en un actor que protagoniza The Man of la Mancha. Esta es una muy acertada metáfora de su labor: un hombre que "endereza entuertos" a través del tiempo, un caballero que mejora la vida de la gente con la que se topa, un hombre de mil rostros que, en realidad, no tiene ninguno, y que por ello representa a la humanidad entera.
Al y Sam son dos personajes excepcionales, extrahumanos, incluso. El científico es el hombre más inteligente del mundo (y por mucho, a la manera del Reed Richard de los cuatro fantásticos), que representa una figura fáustica invertida. Su descubrimiento y su búsqueda de verdad, que al principio tuvieron un fin egoísta, son utilizados por la virtud. Sam es el hombre que encontró la verdad (o más bien, que la "verdad" lo encontró a él), y que por ello tiene la obligación de utilizar dicho conocimiento. Al, por otro lado, es la encarnación de la experiencia mundana, un héroe trickster en el más puro sentido Junguiano. Al es el que ha vivido todo, el que sabe que muchas veces la moral es relativa, el que aterriza a Sam en el mundo de The real madrazos.
Pero tal vez la virtud más grande de Quantum Leap era la oportunidad de conocer distintos ambitos, atmósferas, sociedades y momentos históricos desde el punto de vista del científico. Sam salta en el periódo comprendido entre 1950 y 1985, un periódo lleno de actividad y efervecscencia dentro de la historia de Norteamérica. El espectador puede, junto con Sam, vivir los inicios del rock and roll, sentir la segregación racista de los estados sureños, atemorizarse con los motínes de los Ángeles en los años sesentas, experimentar lo que es ser un mutilado de guerra, un invidente, un niño con sindrome de down o un negro en Louisiana, sufrir el acoso sexual y la discriminación de género, oler el temor a los rusos en la guerra fría, etcétera.
En sí, lo mejor de Quantum Leap era su capacidad de hacernos vivir la historia desde dentro, desde sus protagonistas y testigos, no desde las fechas ni los libros de texto.

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Los defectos.
Pocos defectos tiene, en realidad la serie. Uno de ellos es la repetición de ciertos tópicos cómo el hecho de que la misión de Sam muchas veces era el detener a algún asesino serial (Recordemos que la serie fue estrenada en 1989, en la misma década en que el desconocido Zodiaco, John Wayne Gacy y Ted Bundy alcanzaron una estatura casi mítica). Por lo menos en dos capítulos Sam Beckett se relacionaba con una de las posibles víctimas de algún maniático.
Otro de los defectos radicaba en la construcción de los personajes. Sam y Al eran personajes inverosímiles en el sentido de que representaban al extremo dos de las facetas de lo humano (El sabio supersabio, el pícaro aventurero), y por lo mismo, muchas veces tenían demasiadas "habilidades" o "conocimientos" cómo para ser seres humanos normales. Sam y Al estában concebidos como titanes (cada uno en su campo), y eso comprometía muchas veces la verosimilitud de las historias.
Un ejemplo típico: Sam, en uno de sus saltos, encarna a una mujer, madre de tres hijos y divorciada. Su misión en esa época era salvar al hijo mayor, de quince años, de las garras de un par de paidófilos asesinos (Y que no eran legionarios de cristo, por cierto). Sam nos sale con la sorpresa de que, además de ser un físico Novel, médico, políglota y pianista, es un artemarcialista que bien le podía dar batalla a Jackie Chan, pues Al le recuerda que "... sabes Muhay Thay, Kung Fu, Tae Kwon do, Karate y Akido".
A pesar de estos deslices que muchas veces eran recursos fáciles para concluir la historia del capítulo, la veracidad de las historias se sostenía. Finalmente, Sam y Al, escogidos por una fuerza superior para llevar a cabo cambios en la historia, tenían que ser personajes que fueran más allá de lo humano. Tal cómo las novelas de caballerías de la Edad Media, Sam Beckett tiene la estatura de un Amadís de Gaula, Tirant le blanc o Lanzarotte.
Sin embargo, una cosa salvaba la viabilidad de Sam y Al: su carácter profundamente humano. Ambos tenían una historia compleja y rica, y muchas veces, dolorosa. Sam perdió a su hermano en Viet- Nam, pierde a su padre muy joven, nunca tiene una relación amorosa sólida y, por lo mismo, es una persona terriblemente sola. Al, cómo huerfano, sufrió el abandono y tuvo que hacerse a sí mismo. Entró a la marina y combatió en la misma guerra, donde es capturado y hecho prisionero por años. En ese periódo de cautiverio, pierde a Elizabeth, la única mujer que había amado. Después de esa decepción amorosa, Al va (¿Brinca?) de matrimonio en matrimonio, de mujer en mujer, tratando de hallar lo que tenía su Beth. De hecho, los capítulos en donde los protagonistas tratan de cambiar su propia historia son, con mucho, los mejores de la serie.
En las últimas temporadas a Sam y Al se les contraponen dos personajes, dos mujeres que también están viajando en el tiempo pero, a diferencia de los protagonistas, a ellas las comanda el mismísimo chamuco. La viajera también encarna en distintas personas, pero para hacer el trabajo contrario al de Sam. Si bien, este recurso dramático no es del todo malo, la forma en la que se manejó en las historias fue pésimo: las dos demoniacas viajeras, además de mujeres, gandallas y cachondonas, eran ¡Rusas! ¿Hay algo más maniqueo?

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Conclusiones.
Quantum Leap fue un serial televisivo que se adelantó a su tiempo, pues al contrario de los bodrios ochenteros, tenía una historia compleja, personajes bien logrados y guiones -casi siempre-, elaborados e inteligentes. Además, el mismo tema de la serie puso a discusión muchas veces la distancia entre lo divino y lo lógico, la viabilidad de la experiencia de lo divino a través de la ciencia (en este caso, la física cuántica). En los episodios, por lo demás muy bien ambientados, los protagonistas no se enfrentaban a grandes conflictos que afectaran a la humanidad entera, sino a los pequeños colapsos, a los problemas humanos que pueden cambiar la historia de una persona para bien o para mal: divorcios, muertes, abandonos, decisiones. Quantum Leap también mostró, a través de su historias, que son los actos cotidianos los que alteran el curso de nuestras vidas, y que a través de lo -aparentemente- trivial encontramos lo trascendente.
Omar Delgado
2006

4 comentarios:

gina dijo...

me parecio exelente la menera en que describiste la seri quantum leap, aunque realmente me gustaria explicaras el fin, ya que no lo vi e imagino que como yo habra mas personas que no lo vieron, gracias y te dejo mi correo gina_vosloo@hotmail.com para un comentario acerca del final gracias

Oscar Torres G dijo...

HOla me parecio excelnte el comentario

vi el final(osea creo que era el final en youtube), y lo encontre bien absurdo. en mi pais solo se dieron las dos primeras temporadas.

asi que recien haxce 2 semanas esoty bajando las temporadas desde el primer capitulo
ya voy en la segunda temporada. es buenisima la serie

el capitulo final que sale n youtube es el final o alguien le puso asi por estra aburrido??

saludos y esoty descaragando el resto de las temproadas

Anónimo dijo...

me encanto la manera en ke describes la seria para mi es de las mejores ke e visto sobretodo porke no manteni pegados al televisor y siempre despertaba en mi la intriga de leer sobre la fisica cuantica algo ke al dia de oi me apasiona komo loko jejejej s ke ase ya tres años de ke as escrito esta entrada pero no kise dejar pasar la oportunidad de leerla y de comentar algo.

Oscar T dijo...

ey
ahora veo chuck de warner channel, sólo por que aparece scott bakula :D:D: