sábado, abril 30, 2005

Los pequeños imperios: visiones de la empresa privada en México.

De los ingenieros en intendencia.


Hoy por la mañana, al llegar a mi oficina, me encontré con un mensaje de mi jefe. Explicaba que el director de nuestra área, un regiomontano hosco, que solo sonríe cuando anda perdido de borracho, había dado una órden fulminante: "En las áreas de la subestación eléctrica, si se encuentra algún rastro de polvo, el ingeniero responsable será automáticamente removido de su puesto".

Me quedé frio, y casi me carcajeo del coraje: llevo años trabajando en esta ilustre empresa -una compañía de telefonía celular-, he tenido a mi cargo una central telefónica que procesa diariamente un cuarto de millón de llamadas, y me pueden despedir si un directivo encuentra sucia la planta de emergencia. Mi trabajo y el de mis compañeros, hombres casados y con familia, que han laborado por años para esta empresa, cuelga de un hilo... o mejor dicho, de un plumero.

Y el mensaje del director no se quedaba ahí: amenazaba con despedir al supervisor de mi área si se reincidía en la suciedad, y al gerente si había una tercera ocasión... (Me imagino que a la cuarta se despedirá a si mismo, siendo este director el siguiente en el escalafón).

¿Extraño arranque de locura por parte del director? ¿Delirium tremens? ¿Posesión diabólica?... No. Tristemente esto es lo que ocurre todos los días en cualquier empresa privada en México.

Sus altezas serenísimas... con maestría en administración.

Lo cierto es que por lo menos en mi país la empresa privada es uno de los últimos reductos del autoritarismo: las desiciónes de un gerente son inapelables, las de un director son de oráculo, y las del director general siempre nos llegan grabadas en tablas desde el monte Sinaí.

Esto es casi una hacienda henequenera con cubículos y computadoras. Generalmente, las unicas palabras que son escuchadas son las de los altos directivos, y mientras nosotros, la untosa grey, la tropa, los peones con título, tenemos que obedecer órdenes que van desde la medianamente acertada hasta la prácticamente imbécil.

Alguna vez otro de los directivos escuchó rebververancias en una llamada de su celular (de la misma compañia en la que ambos trabajamos), levantó su áureo índice, y al momento treinta y cinco personas dejamos de hacer lo que estabamos haciendo para buscar la causa de porque el teléfono del directivo en cuestión tenía llamadas con eco. Trabajamos cinco noches, en turnos de doce a quince horas, solo para encontrar que la falla era... que el ilustre directivo no sabía utilizar su celular.

De cómo Macbeth obtuvo la gerencia.

Cuando uno es un humilde ingeniero, el último eslabón de una cadena empresarial, es divertido ver las guerras intestinas que se dan entre gerentes y directores de una misma compañia: Son verdaderas masacres,traiciones Macbetianas en chiquito, purgas en donde casi nunca es el más inteligente o el más valioso el que gana, sino el más marrullero, el más zalamero.

En esta empresa hay un tipo, al cual solo me referiré como Luis A. Luisito no tiene carrera: a duras penas acabó la preparatoria. No tiene mucha cultura, y menos áun, criterio... sin embargo, tiene un cargo similar al de un director de área.

¿Cómo llegó este hombre a acumular ese poder? Por medio de la lisonja, el halago fácil, el estar siempre dispuesto a cumplirle hasta el capricho más mínimo a los superiores... y dando puñaladas en la espalda.

Un caso lo retrata de cuerpo entero: durante una reestructuración de la empresa (de esas que son cíclicas, casi litúrgicas, en cualquier compañia), el director de ingeniería, llamado Gustavo, se rebeló contra las órdenes de los directivos.
Luisito L, gran amigo de Gustavo, siempre le reiteraba su apoyo y su solidaridad. Sin embargo, en una junta con los gallones de la empresa a Lusito A. le preguntaron su opinión acerca de Gustavo. Luisito sonrió, acomodó su enorme barriga y simplemente dijo: "Pues creo que lo mejor es que deje de laborar aquí. Él no es lo óptimo para la empresa".

El director de ingeniería se fue. Luisito sigue... y seguirá.


De cómo mi acta de nacimiento se parece tanto a mi solicitud de trabajo.

Y es que, en estos tiempos tan neoliberales, para la mayoría de los profesionistas que dependen de un sueldo la perspectiva de quedarse sin trabajo es la muerte chiquita. Muchos de mis compañeros, hombres de familia y buenos profesionistas, palidecen ante la sola perspectiva de quedarse sin trabajo (y esto es literal). Es un tiempo en que domina el miedo, en que el "ser" va unido al "trabajo en".

El desempleo es ese páramo gris en el que nadie quiere estar, que parece tan extenso y seco. No solo es la falta de dinero, sino la pérdida de estatus, el iniciar otra vez ese proceso, tan cansado y degradante, se repartir curricula en diversas compañias, para ver si alguna te hace el favor de concederte una entrevista... y es que no es fácil: cada año, miles de jóvenes salen de las universidades, con muchas ganas de ser productivos y sin armas para pedir grandes sueldos. Un profesionista, despedido después de diez años de trabajo, tiene que competir contra ellos en empuje y aguante.
La experiencia, antes tan apreciada, ahora se vuelve un lastre: son "mañas", "ideas obsoletas" que no son útiles para esa gran maquinaria llamada empresa privada. La experiencia, también, es un valor agregado que pocas compañias están dispuestas a pagar.

Es por eso que un pequeño negocio es la meta final de todo profesionista: la oportunidad de sobrevivir más allá de su vida laboral (mucho menos extensa que la física, según la ideología dominante). una tienda, una papelería, un taxi, se convierten en balsas salvadoras ante el naufragio... pero ahí viene la gran paradoja:

¿Cómo construir un pequeño negocio, si la empresa en que trabajo me roba doce o trece horas al día?

De como el espejo no es la computadora.

Finalmente, se puede tener cierto grado de salvación personal no dejándose dominar por esa ideología tan dañina. Siempre que pienses: "yo soy mi trabajo", repítete: "No... soy mucho más. Soy ingeniero, abogado, doctor, contador... ocho (o nueve, o doce) horas al día. Las demás... soy un ser humano. "
Claro que eso no te va a dar de comer el día en que te quedes sin trabajo.. pero por lo menos te hará fuerte. Cuando llegue ese día, perderás solo un trabajo no un pedazo de tí.

Y recuerda... la vida está más allá de la silla de tu escritorio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado y proximamente más ponerado hermano Lobo, una felicitación por demás calurosa al haber visitado esta pagina, en espera de poder contar con más tiempo (y sentido de la autoflagelación) para poder leer con mayor detenimiento estos escrito (son las 3:30 a.m.) así que por el momento nos veremos en la presentación de vuestro libro.

Anónimo dijo...

yo acabo de escribir algo, paseando llegue aqui, me pico lo de masoquista y como este blog se abrio en abril del anio pasado, como uno mio fui a ver que se escribiste ahi. me encanto lo del plumero, pues eso en otras palabras escribo yo, hoy y aunque aun no esta elaborado, me complazco en adjuntarlo
LIBRO 3 - CAPITULO 57(A) : 30 DE JUNIO

El 30 de junio de 1962, me vistieron bien y me dijeron ahora sos
grande, asumís las responsabilidades de los grandes!!
en aquel entonces yo era muy pequeño, no solo de estatura,
y no tenia la capacidad de hacer preguntas inteligentes (tampoco ahora),
pero como no me prometieron ninguna ventaja de los grandes
hasta hoy todavía me resigno a cruzar la frontera.

La vida me hizo hacer las cosas de grandes, que pude hacer
en esta sociedad tan ordenada, donde esta claramente definido
que es el bien que es el mal. como hay que hacer las cosas o no hacerlas.
pero, juro que mi alma, mi espíritu sigue allí en lo hermoso de la niñez.

Pero no quería hablar de ese 30 de junio, sino del próximo 30 de junio,
el 30 de junio del 2006.
Como no soy adivino, no puedo saber como me vestirán, ni que me
dirán pero ese espíritu de niño que me acompaña toda la vida me
hace sentir que me dirán mas o menos: ahora sos grande,
tenes que jubilarte. Seguro exagero, pero las relaciones entre
dueños y empleados se fue transformando durante estos años
en algo parecido, muy parecido, a las relaciones que había entre
patrones y esclavos. No es casual que los patrones siguen siendo los mismos.
y solo el termino de los súbditos fue cambiando.

Mi empresa, es decir , la empresa que yo trabajo como un esclavo, y lejos
de ser de mi propiedad, leí en el diario hace un par de meses atrás compro
una empresa 3 veces mas grande. Compro las acciones de algo así como el 69%
de la misma. Esta semana leí en el mismo diario, (confunde, no es el mismo diario,
los dos se imprimieron en fechas distintas) que la empresa hija, esa que fue
comprada, ahora va a comprar la actividad comercial de la empresa madre.
Porque se hace eso no se, pero huele que el dueño de esta empresa sabe
lo que hace y es por eso que el tiene mucho dinero y muchas empresas.

Seguramente el tiene planes de agrandar la actividad de la empresa unificada
y obtener aun mas ganancias. En el periódico figura asímismo que todos los
empleados de esta empresa ,que deja de ser operativa, pueden optar por pasar
a la nueva empresa. Aun no nos dijeron eso, y eso a mi me tiene muy intranquilo.
En el medio, también va a ganar de joder a los empleados.

La globalizacion, de la que tanto se habla esta aquí, estoy en ella, una empresa
alienada de las sensaciones y sentimientos de los empleados, donde claro, exige
sentirse identificado, sin aportar nada o casi nada. Yo mismo estoy 5 años y 2
meses trabajando en ella. Pero mi sueldo ni siquiera es lo que habíamos firmado
5 meses antes que decidieron reducir los sueldos al personal porque se vienen
épocas dificiles. Por el almuerzo sin embargo pagamos mas pues los costos
aumentaron y no estuvieron dispuestos aumentar su aporte.

En el capitulo 57 (B) comentare, de aquí a unos meses cuando el panorama
este mas claro, que es lo que me dijeron el 30 de junio del 2006, o fecha aproximada.

Nadie se perdió nada, mi primer libro tiene solo dos capítulos, el primero me explayo
sobre el primer beso , el segundo sobre el gusto de la miel.
el segundo libro, relato sobre mi vida, mi familia, mis amigos, mis viajes, mis fantasias
y mis mentiras. El presente libro relato mis experiencias laborales, mis patronas, mis colegas
mis empleados y empleadas. Aun no encontré que escribir sobre mi jefe que a los ojos
de mis compañeras de trabajo un rábano es mas sabroso y a mis ojos tiene la inteligencia
de la profundidad de una sartén (y soy dadivoso con el).
atte
yossi

Anónimo dijo...

Si, estas son las larvas a las que te referías en el comentario que dejaste. Son arquetipos. Repiten los mismos patrones en todos lados. ¿Quiénes pierden? Los que se rebelan.

Me animo a contestarte la pregunta. ¿Cómo hacer para iniciar un pequeño negocio si el trabajo te roba 12 horas al día? Robándole al trabajo. No se trata de robo material. Se trata de mentiritas y excusas por esto o por aquello de manera de ir apartándote de a poco. Es divertido. ¡Pero que no se haga vicio!