martes, abril 26, 2005

El silencio que fue grito: la marcha del 24 de abril de 2005


Del papel de la PGR


De todas las pancartas que ví el día de la marcha, tal vez la más ingeniosa fue una muy sencilla, portada por una señora en sus cuarentas, sonriente y morena. En un palo de escoba había montado una cartulína con la leyenda: "El papel de la PGR", y bajo dicho cartel traía un papel de baño. (Esa señora sí tiene capacidad de síntesis... ¿por qué no escribirá en Letras Libres?)

Ese día, el 24 de abril, se convocó a una marcha silenciosa. Fue por eso que el pueblo supo que su ingenio debía de ir en carteles, y no en consignas. Algunas muestras de excelentes carteles:

"Cuando sea grande, quiero ser como López Obrador": visto a un niño de dos años, quien lo llevaba en la espalda.
"Habeus peje": Pontificial anuncio del precandidato.
"Fox: Te disculpas, agarras a tu vieja y te vas": La venganza de Fidel Castro.
"El camino de México pasa por Ecuador": Tal vez el más estremecedor.
"No soy acarreado": visto en varios ciudadanos que querían marcar su tonalidad no-amarilla.
"Todos somos López: Nobody is Fox": Con perdón de subs Marcos, y sin disculpa alguna a Mister Zorrou.
"Nosotros los López. Ustedes los jijos": Del mero inconsciente colectivo y cinematográfico.

De la población inexistente.

Una de las primeras cosas que se notaron durante la marcha del domingo, que corrió del Museo de Antropología Nacional al zócalo de la ciudad de México, fue la ausencia de cobertura en los medios televisivos. No existíamos en la Tele ese millón y pico de personas que maifestamos nuestro absoluto repudio al desafuero de López Obrador. Simplemente eramos menos importantes que el futbol, las películas de Mario Almada y las espantosamente traducidas producciónes Hollywodenses que recetó TV Azteca...

!!Ah¡¡ Y de la invitación de Fox al Papa... asunto primerísimo de interés nacional.

Si no se impresionan por esa multitud caminando en la ciudad, no sé con qué lo harán. Tal vez porque fue la manifestación de los López, de los Martínez, de los González, de los Vázquez, de los Sanchez, apoyando a ese otro, llamado López, despreciado por los Fox, por los Creel, por los Doring, por los Macedo...

Muchos tacharon la marcha como un vil acto proselititsta del PRD, lo cual es cierto, pero muy en parte: sí fue un acto de un precandidato a la presidencia de la república (El Señor López... dice en gobierno), pero también fue muchas cosas más: una gran cantidad de gente salió a repudiar el acto de autoritarismo que representó el desafuero: la remoción por motivos políticos de un gobernante elegido democráticamente; muchas otras personas salieron a gritar en silencio su desilusión del gobierno de Fox, y de sus promesas vacías e incumplidas. (Creo que Mr Zorrou obtuvo el record mundial de mentadas de madre por minuto ese domingo. Ya puede presumir de otro "ejemplo para el mundo"); y otros asistentes, simple y llanamente, protestaron porque les quieren quitar su derecho a elegir, en el 2006, al presidente que ellos quieran.

En este sistema democrático tan cacareado el ciudadano de calle, el que no tiene dinero, ni influencias, ni es amigo de Diego Fernández de Ceballos o de los hijos de Martha Sahagun, solo tiene una oportunidad de participar: las elecciónes. Este sistema es imperfecto, pues una vez que la gente vota, no sabe si el elegido presidente va a dar chaquetazo, se va a hacer pato con sus promesas de campaña, va a hacer mil transas o se convertirá en un megalomaniaco que nada más se oye a sí mismo (o todas las anteriores). Es un sistema imperfecto, repito, pero es que tenemos por ahora.

Obviamente, la gente no dejará que le quiten su único derecho político.

El país de los Décimos.

Al final del día, Ramón Martín Huerta, secretario de Seguridad Pública de México, se sacó el chiste del año: "Fueron 130 000 personas". !!Caray¡¡ Esas son cuentas prístinas y certeras. Ahora resulta que para llenar totalmente del zócalo a la glorieta de Colón (Aproximadamente tres kilómetros de avenidas anchas) solo hacen falta ciento treinta mil personas... Ahora comprendo porqué al gobierno federal le salen tan bonitas sus cuentas: por cada diez desempleados, solo cuenta uno; por cada migrante que deja su casa, solo cuenta uno; por cada mujer maltratada... etc,etc, etc.
Definitivamente, estamos en el país de los décimos. Tememos en los Pinos la décima parte de lo que debería ser un presidente; en la PGR la décima parte de lo que debería ser un procurador... y más (o menos), aún.

Y precisamente por eso fue la marcha, por que ya no queremos ser ciudadanos de décima, gobernados por funcionarios de décima... no, rectifico, "de décima" es demasiado. Muchos de nosotros marchamos por que queremos un pais que no sea manejado por décimos de hombres, simple y llanamente.

Queremos que México deje de ser el país de los décimos. Punto.

Del millón de heroes.

Lo cierto es que ese domingo un millón de gentes tomó las calles.
Eran ancianos, jóvenes, familias, gente partidista, gente sin afiliación política. Muchachas guapas y espigadas y ancianitos elegantes con su pancarta; padres de familia con su niño a cuestas; mujeres, muchas mujeres; intelectuales de café y de acción, estudiantes de la UNAM, llevando en una valla a un compañero en silla de ruedas; campesinos, obreros, profesionistas, amas de casa, jubilados, electricistas, escritores, creativos, ingenieros, abogados, estudiantes, comerciantes...

De marcha silenciosa no tuvo mucho: a pesar de que la inmensa mayoría de la gente guardábamos silencio, no faltaban los cuchicheos, las risas, el vacile, los gritos de los ambulantes vendiendo el souvenir revolucionario.
Eso sí, cuando la multitud callaba, te robaba el aliento. Sentías el enojo, la indignación, contenidas en aquel silencio. Quien sabe de peleas callejeras te lo puede decir: "No le temas al fanfarrón que amenaza, que grita, que vocifera maldiciones. Tenle verdadero miedo al que, en silencio, te estudia, al que habla con la mirada". Ese día, un millón de personas, un millón de heroes, miraba al gobierno federal, a Fox, hablándo con el silenio, gritando con la mirada.

Entre esa multitud,viendola yo por la calle de Palma, con sus pancartas, con su silencio, con su actitud, y ante la posibilidad de cambiar nuestro país, hacerlo un poquito más justo, un poco menos torcido y vejado, no pude sino pensar "Hay con qué".

Colofón.

-!Vizente¡ -reclamó Martita Sahagún al borde de las lágrimas. Las grapas que le sostienen la piel del rostro estaban a punto de saltar ¿Cómo ez pozible que eze populizta pueda mover a toda eza gente? ¿Ese naco que no zabe ni hablar?

-Es que es un populista que ofrece el oro y el moro y por el cual es peli..

-Zi, zi, zi... !Como ez pozible que la gente ezta no vea mi gloria¡!Con tanto que me ha coztado mi zirujano plaztico¡

-Bueno, Martita, a quien le ha costado es al erario

-Ez igual !!Vizente... quiero un mitin igual al de eze pelagatoz¡!!Lo quiero ya¡¡

El presidente se dirige entonces a la cocina de la casa presidencial. Sale con un cuchillo en una mano y un bolillo el otro.

-Nada más deja preparo un millón de tortas, Martita.

1 comentario:

Jorge S. Badillo dijo...

Hola, inetersante tu crónica. Hice una recopilación de crónicas en los weblogs y puse la tuya. ojaá puedas checarla y dar tu opinión. Saludos.
http://www.aweblog.org