Reseña
del libro “Hadas en Chapultepec”
de Medardo Landon Maza Dueñas
Cualquiera que se haya dedicado al oficio de las letras en México
sabrá que,
en general, los escritores del país se toman demasiado en
serio,
pues consideran que su obra puede tener un impacto social
más allá
del simple aporte estético de una buena novela o un
excelente libro
de relatos. Creen que la literatura puede cambiar la
realidad, o bien
cuajar los valores comunitarios con el fin de hacer
de México un
mejor país. Quizá por ello, la inmensa mayoría de los
hacedores de
literatura del país han despreciado con crueldad
cualquier cosa que
huela a subgénero. Por ejemplo, el policiaco
apenas está siendo
aceptado –y ejercido–, por un considerable
sector de las letras
mexicanas más por su probada rentabilidad que
por sus virtudes
estilísticas. La literatura fantástica, por otro lado,
es ejercida
por un pequeño grupo que se autoalimenta y que parece
más una secta
que un grupo de creadores. Ni que hablar de la
literatura férrica,
poblada de elfos, ogros, trasgos y orcos. En la
inmensa mayoría de
los casos, las editoriales y dictaminadores de
concursos la desechan
sin siquiera leerla.
La
fantasía a la Tolkien, que se nutre de las mitologías nórdicas y
celtas, pareciera ser un fenómeno tan extraño a la literatura
mexicana que pareciera que el sólo mencionarlo suene a disparate.
Después de todo, en la América Latina tenemos nuestra propia
vertiente literaria fantástica: el realismo mágico, y además,
contamos con una rica tradición oral en donde se pueden decantar
todos los delirios nocturnos tales como fantasmas, duendes y diablos.
Por otro lado, nuestra muy chauvinista manera de ver las letras haría
que la mayoría de los escritores repudiara a los seres Tolkinianos
por ser extranjerizantes y no endémicos a nuestra imaginación. Así,
vapuleados por tiros y troyanos, los escritores férricos del país
han vagado de puerta en puerta esperando alguien que aprecie su obra.
Es por
eso que la obra de Medardo Lando Maza Dueñas (Texcoco, 1973), es al
mismo tiempo excentrica que valiosa. En primer lugar, el autor
texcocano no renunció a sus lecturas de infancia y juventud para
poder nutrir su obra, sino que, más bien, las resignificó,
mezclando seres provenientes de la mitología tolkineana con
entidades de otros paises y mitologías, haciendo de su propio mundo
férrico una verbena popular: Imps luchando contra nahuales, lloronas
comadreando con elfas oscuras, chaneques sacándoles la cartera a
borrachos trolls son habituales en sus páginas. Cualquiera pensaría
que toda esta mezcla produciría una obra indigesta y malsana: muy
por el contrario, gracias a la maestría de Maza Dueñas, quien sabe
entretejer sus historias en narraciones de futbol, pregones de
ropavejero y discursos políticos, su obra es altamente disfrutable.
En lugar de crear un lenguaje propio, como lo hizo en algún momento
el profesor Tolkien, Maza Duñeas se apropia del caló de las calles
para inocularlo a sus guerreros, magos y demonios, lo cual los acerca
al corazón mismo de la identidad mexicana.
Hadas en Chapultepec, libro que obtuvo mención honorífica en el concurso de relato Ignacio Manuel Altamirano, consta de dos historias largas que articulan, a su vez, una historia mayor. El protagonista es Merdo, un mördyn exiliado de la comarca de “El señor de los anillos” y obligado a caminar en el hervidero de seres sobrenaturales que habita el subsuelo de la ciudad de México: naguales, chaneques, tlaloques y alushes que sobreviven transando al mejor postor. Merdo pierde sus memorias y termina viviendo a espaldas de la Academia de San Carlos, en donde descubre que dos de sus compañeras de calle, un travesti valiente como un caballero, y una diáfana niña de la calle que habita entre los árboles, son más de lo que aparentan. Juntos, se dirigirán a una expedición dentro del corazón mismo del bosque de Chapultepec para participar en una cónclave que definirá el destino no sólo del mundo férrico, sino de todos los habitantes del globo.
Escrita con desparpajo no peleado con la precisión, Hadas de Chapultepec es una bocanada de frescura a un ambiente literario que, de tan cerrado en sí mismo, ya huele a acedo.
Imperdible su lectura.
Hadas en Chapultepec, libro que obtuvo mención honorífica en el concurso de relato Ignacio Manuel Altamirano, consta de dos historias largas que articulan, a su vez, una historia mayor. El protagonista es Merdo, un mördyn exiliado de la comarca de “El señor de los anillos” y obligado a caminar en el hervidero de seres sobrenaturales que habita el subsuelo de la ciudad de México: naguales, chaneques, tlaloques y alushes que sobreviven transando al mejor postor. Merdo pierde sus memorias y termina viviendo a espaldas de la Academia de San Carlos, en donde descubre que dos de sus compañeras de calle, un travesti valiente como un caballero, y una diáfana niña de la calle que habita entre los árboles, son más de lo que aparentan. Juntos, se dirigirán a una expedición dentro del corazón mismo del bosque de Chapultepec para participar en una cónclave que definirá el destino no sólo del mundo férrico, sino de todos los habitantes del globo.
Escrita con desparpajo no peleado con la precisión, Hadas de Chapultepec es una bocanada de frescura a un ambiente literario que, de tan cerrado en sí mismo, ya huele a acedo.
Imperdible su lectura.
Omar
Delgado
2018
2018
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