martes, mayo 06, 2008

Carroñeros

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A sus órdenes, señor Presidente


Una vez más, la política nacional se ha cubierto de escoria. El día 21 de abril, dentro de la cumbre de la alianza para la prosperidad de la América del Norte (ASPAN), que se llevaba a cabo en Nueva Orleans, un funcionario mexicano, Rafael Quintero Curiel, fue a la sala en donde se encontraban los efectos personales de los asistentes a tal evento y, en una acción digna del más fino de los carteristas de la Merced, sustrajo varios teléfonos celulares Blackberry para su ganancia personal.

El aspirante a Raffles hubiera llevado a buen puerto su ilícito de no ser por un pequeño detalle: sus acciones fueron grabadas en video por el servicio secreto de los Estados Unidos. Quintero Curiel fue detenido por los agentes en el aeropuerto de la ciudad, cuando se disponía a regresar al país. Al principio, el angelito negó todo, pero al serle mostradas las imágenes en donde se ve su operación, no le quedó mas remedio que devolver los aparatos y acogerse de manera vergonzosa a la inmunidad diplomática con el fin de no ser remitido al frescobote.

Mucho se ha dicho acerca de sus motivos. La hipótesis que más se maneja es que Quintero Curiel hurtó los teléfonos móviles con el fin de entregarselos a los carteles de la droga. Yo sinceramente, lo dudo, pues los narcos no contratan a gente tan imbécil. Considero que el funcionariete, quien hasta el 24 de abril fungió como subdirector de Coordinación y Avanzada del área de comunicación social la presidencia de la república, (a propósito en minúsculas) lo hizo únicamente para allegarse unos pesillos y demostrar -a él y a sus cuates-, que era tan chingón como para permitirse robarle a los gringos en sus narices.

Quintero Curiel, amigo cercano de Max Cortazar, ex baterista del grupo musical Timbiriche y actual coordinador de comunicación social de Felipe Calderón, es un ejemplo paradigmático de la clase política que padecemos los mexicanos: Juniors arrogantes, carroñeros, imbéciles y cleptómanos, quienes asaltaron la presidencia de la república con el único fin de enriquecerse a pezuñas llenas. Quintero Curiel, el Fantomas de los Pinos, no es muy distinto de Juan Camilo Mouriño, César Nava, Germán Martínez o el propio Calderón. Es sólo que sus métodos no son tan refinados. Pobrecito. En lugar de esperarse a la apertura energética (en donde todos los brothers mencionados se quieren atascar de billetes), prefirió conformarse con unos pinchurrientos Blackberries, los cuales le costaron el puesto y el descredito internacional.
Dudo que a Quintero Curiel le preocupe esto último. Lo que le debe de doler es estar alejado de la generosa nómina presidencial. Sin embargo, no debe preocuparse mucho, pues en este país en donde los gobernadores protegen pederastas o regalan el erario para la construcción de santuarios cristeros (y todavía hacen alarde de ello); en donde puede haber cien acribillados en un sólo día sin que nadie se preocupe; en donde ser periodista es oficio de suicidas; en donde sólo vale el que tiene con qué hacerse valer (Sean contactos, armas o lana), es probable que pronto vuelva al servicio público por obra y gracia de sus partners.

Asco.

Omar Delgado
2008

1 comentario:

Anónimo dijo...

completamente de acuerdo.Estos protozoos con figura humana estan desgraciando el futuro, la vida de miles de personas con su frivolidad e incompetencia. Desde fox y su despreciable familia hasta quienes ahora gobiernan(??)Mexico ha visto deteriorarse muchas cosas que repercuten en la calidad de vida poblacional