martes, abril 15, 2008

Soy leyenda

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Antes que Will Smith y de Charlton Heston, existía Robert Neville.
Su nombre se dice, cuando alguien se atreve a decirlo, con voces entrecortadas, impregnadas de temor supersticioso; ellos, los nuevos habitantes de la tierra, hablan horrorizados de él. Neville es un terror del mundo antiguo, es más salvaje incluso que los vampiros a los que con tanta furia combatió. Es la leyenda más oscura de la naciente sociedad, un trasgo, el ingrediente principal de las pesadillas colectivas. Es por eso que, para que la civilización sobreviva, Neville debe morir.
Richard Matherson (New Jersey, 1926), escribe en 1954 la historia de Neville, entregándonos una obra maestra de la narrativa fantástica -y de la literatura en general-. La premisa es muy simple: en un mundo futuro, la raza humana es arrasada por un bacílio que transforma en vampiros a las personas. Neville, un hombre común y corriente, es inmune a la enfermedad. Pronto, la humanidad se ha reducido a un enjambre de criaturas hematófagas, y Neville es el único que puede combatirlas. Día tras día, el solitario Robert recorre las calles de la antigua ciudad de Los Ángeles para exterminar a los seres que antes fueron sus iguales. Por supuesto, debe de regresar antes del ocaso, si no quiere convertirse en la cena de sus presas. Por años, el estóico Neville cumple su penitencia a base de resignación y estacas, hasta que se encuentra con una mujer que, sin ser vampira, le mostrará el inicio de la nueva era en la que él no tiene cabida.
Matherson forma su novela con una voz en tercera persona simple; su prosa es limpia, directa, sin pretensiones. Por ello, la efectividad de la obra no radica en los juegos linguísticos, ni en las machincuepas sintácticas, sino en la capacidad del autor para evocar un mundo devastado y salvaje, reflejo mismo del solitario Neville. El personaje principal, el legendario Robert, sufre los estragos del aislamiento y la crueldad a los que fue orillado, y el lector los sufre con él. La maestría de Matherson no radica en describirnos los cruentos enfrentamientos entre el cazador y los vampiros, sino en mostrarnos, por medio de detalles cotidianos, las modulaciones emocionales del protagonista. Además, los intentos de Matherson por dar una explicación científica a la enfermedad del vampirismo son más que rescatables.
En los Estados Unidos se dice que, cuando una película es melosa y romántica, es una flik for chicks (en slang, película para chicas), dando a entender que a hombres y a mujeres nos mueven distintos resortes emotivos a la hora de ver un filme. En ese tenor, También existirían, por supuesto, las pelis para hombres hombres, llenas de balazos, automóviles deportivos, madrizas, carnudas rubias en bikini y testosterona. Si estas categorías pueden ser exportadas a la literatura, podríamos decir que Soy Leyenda es una auténtica novela para hombres muy hombres... Disfrutable para ambos sexos.
Les dejo esta liga para que no lo paguen.
Omar Delgado
2008

1 comentario:

Dolores Garibay dijo...

Me cae de madres que por eso te voy a poner un altar con veladoras y toda la cosa San Lobo XD, ya tengo un texto más y sin desembolsar gracias a tí ;) No es que no me guste pagar por un buen libro, pero la patria anda pobre y ahorita no hay presupuesto ¡gracias Lobito!

Por cierto, de nueva cuenta has sido mi awardeado #1 y tu premio te espera en mi blog, así que puedes pasar a recogerlo cuando gustes :)

Besos chilangos