El norte de México, ese pedacito de Estados Unidos. Es notable cuan diferente es la gente del altiplano central, o la del sur, a la de los estados de arriba del país. En los estados norteños se crean su propia identidad, tomando elementos tanto de la nación mexicana como de los yunaites; el habla es distinta, y las costumbres, más. Es en ese desierto que ambos países comparten en donde se genera algo nuevo: un nuevo lenguaje, una nueva idiosincrasia, una nueva forma de ser. Chihuahua, Baja California, Sonora, Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León tienden a unirse con Texas, Nuevo México y California. No es que se quieran unir a los güeros, sino que nuestro norte y su sur están en vías de conformar una tercera nación.
Frontera. Ese límite físico y cultural que tantas veces se desdibuja y se mueve. No en balde, el término anglosajón Frontier, más que referirse a una línea imaginaria, define el fin de los límites de la civilización y el inicio de lo bronco; lo que separa lo ordenado de lo caótico, lo que se refiere a esa tierra franca en donde los dos mares de lo gringo y lo mexicano se unen, tratando de formar una sola agua.
El norte de México, hasta hace unos años, tenía fama de iletrado. La cultura norteña, decían por ahí, no pasaba de las carnes asadas. Afortunadamente, La compilación de cuentos Sin límites imaginarios derriba violentamente (A tiros, si cabe la expresión) dicho estereotípo. El libro trata de contener a esa región tan vasta tanto en superficie como en cultura. En veinticuatro relatos, reunidos y comentados por Miguel Rodríguez Lozano, algunos de los más emblemáticos autores de esa parte del país nos hablan de su tierra, de sus problemas y sus costumbres, de su visión del mundo, formando entre todos un mosaico narrativo que va desde la minificción hasta el cuento; desde lo fantástico hasta lo realista. Todo cabe en el norte sabiéndolo narrar.
Es difícil hacer una calificación de los mejores relatos de la compilación, pues los cuentos difieren mucho en género y en tono, desde el viaje a la obsesión al que nos invita Jaime Romero en Laberinto, hasta la relación machisto-lésbica que nos muestra Rosina Conde; desde la prostituta indecisa de Eduardo Antonio Parra hasta Rafa Saavedra y su Tijuana para principiantes; En general, los relatos más logrados son aquellos que se alejan de la imagen popular del norte, tan llena de balaceras, narcos y lupanares. También, hay algunos autores que abrevan en el género fantástico con bastante fortuna, aunque algunos cáen en la imágen vendida de la wild and vicious border. Las voces se viven junto con el calor del desierto; los localismos, en vez de de restringir, expanden el idioma, creando una región literaria propia. El Norte dibuja ya sus fronteras, delimita su propio espacio, distinto a los Yunaites y al México central.
Frontera. Ese límite físico y cultural que tantas veces se desdibuja y se mueve. No en balde, el término anglosajón Frontier, más que referirse a una línea imaginaria, define el fin de los límites de la civilización y el inicio de lo bronco; lo que separa lo ordenado de lo caótico, lo que se refiere a esa tierra franca en donde los dos mares de lo gringo y lo mexicano se unen, tratando de formar una sola agua.
El norte de México, hasta hace unos años, tenía fama de iletrado. La cultura norteña, decían por ahí, no pasaba de las carnes asadas. Afortunadamente, La compilación de cuentos Sin límites imaginarios derriba violentamente (A tiros, si cabe la expresión) dicho estereotípo. El libro trata de contener a esa región tan vasta tanto en superficie como en cultura. En veinticuatro relatos, reunidos y comentados por Miguel Rodríguez Lozano, algunos de los más emblemáticos autores de esa parte del país nos hablan de su tierra, de sus problemas y sus costumbres, de su visión del mundo, formando entre todos un mosaico narrativo que va desde la minificción hasta el cuento; desde lo fantástico hasta lo realista. Todo cabe en el norte sabiéndolo narrar.
Es difícil hacer una calificación de los mejores relatos de la compilación, pues los cuentos difieren mucho en género y en tono, desde el viaje a la obsesión al que nos invita Jaime Romero en Laberinto, hasta la relación machisto-lésbica que nos muestra Rosina Conde; desde la prostituta indecisa de Eduardo Antonio Parra hasta Rafa Saavedra y su Tijuana para principiantes; En general, los relatos más logrados son aquellos que se alejan de la imagen popular del norte, tan llena de balaceras, narcos y lupanares. También, hay algunos autores que abrevan en el género fantástico con bastante fortuna, aunque algunos cáen en la imágen vendida de la wild and vicious border. Las voces se viven junto con el calor del desierto; los localismos, en vez de de restringir, expanden el idioma, creando una región literaria propia. El Norte dibuja ya sus fronteras, delimita su propio espacio, distinto a los Yunaites y al México central.
Cómprelo en las tiendas UNAM
Sin límites imaginarios. Antología de cuentos del norte de México.
Compilada y comentada por Miguel Rodriguez Lozano
Ediciones UNAM
1 comentario:
como interpreta usted el papel de las mujeres en la frontera?
Publicar un comentario