martes, mayo 01, 2007

Los cien de Cri cri

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Pocos personajes hay tan entrañables en el universo cultural y artístico mexicano como Don Francisco Gabilondo Soler, conocido en los bajos mundos como "Cri cri, el grillito cantor".
Si el músico originario de Orizaba estuviera con nosotros (no digo "si viviera", por que sigue vivo) , cumpliría cien años de vida. Francisco Gabilondo siempre fue dueño, desde su infancia, de una mente hambrienta y de un espíritu de corsario. Cuando era niño, su libro de cabecera fue "Las fábulas de Esopo", obra que releyó una y otra vez. Luego, en su juventud, se interesó por la astronomía, las matemáticas, el boxeo amateur, la tauromáquia y la música. Finamlente, decidió que la entomología era lo suyo y transmutó (cual Gregorio Samsa tropical), en chapulín, un 15 de octubre de 1934. Su nuevo nombre: Cri crí.
El grillito estuvo frente a un micrófono de la XEW por casi veintisiete años, tejiendo a través de sus canciones mundos y personajes que se nos anidaron en en alma; a través de su piano bailaron brujas trasnochadoras, gatos callejeros, patitas en el mandado, chorros bochornosos, arañas porteñas, perros sin ortodoncista, camellos distraídos, letras en mítin, cochinitos adictos al Valium, reyes de chocolate, entre otros mil seres más.
El buen Cri cri, mucho después de su retiro, siguió siendo una figura impresindible para entender la primera mitad del siglo XX mexicano. Es, junto con Agustín Lara, el músico vernáculo que más impactó la cultura de los años cuarentas y cincuentas. A lo largo de su larga vida, su obra (más de doscientas canciones), fue objeto de ediciones, reediciones y homenajes que le dieron proyección internacional (sólo debemos recordar sus canciones interpretadas por Plácido Domingo, Emmanuel y Mirelle Mattieu)
Luego de su largo trajinar, el grillito decidió dar su último salto con rumbo a las estrellas el 14 de diciembre de 1990. Dicen que sus personajes, cansados de estar solos, se lo llevaron jalándolo de sus enormes patillas blancas. Detrás de él dejaba a generaciones de niños que se criaron y gozaron de sus mundos fantásticos.


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Yo, como muchos treinteañeros desesperados, pasé mi infancia escuchando la voz de Gabilondo en el viejo Stormberg Clarson de mi abuela. Los acetatos rodaron una y otra vez hasta que se les borraron los zurcos mientras yo me sumergía en las ficciones del grillo. Debo de reconocer que mucha de mi vocación por las letras, así como grandes dosis de mi alma oscura y sinestra se las debo a Cri crí (Sólo escuchen la letra de "Las brujas"; un verdadero cuento gótico, o de "Ché Araña", un bicho que bailaba en un lupanar de Buenos Aires).
Y Sí, la obra de don Pancho tenía su toque macabro, pero ese mismo toque es el que tiene el alma del mexicano.
Actualmente sus canciones me siguen estrujando el pecho, no por mí, sino por mi madre. Cuando ella escucha una de las canciones de Gabilondo sus ojos se tornan enormes, se le borran las arrugas y vuelve a tener ese aire infantil que le conozco de las fotos sepia. Ella, como tantos otros abuelos, padres, hijos, también escuchó al grillo en un viejo radio de bulbos, de esos que tardaban mucho en recibir señal, de esos en los que los niños como mi madre recargaban su cabeza para escuchar al grillito, el cual creían, habitaba dentro del aparato.
Y así también, a mis hijos les hablará el grillo del radio. (Por lo menos antes de que Pokemon y Ranma 1/2 les den en la madre).
Omar Delgado
2007

1 comentario:

B West dijo...

chale, yo soy de esos que no conocieron a cri-cri, digo chale por como termino el post, me gusta más ranma 1/2 que cri-cri, juas!

no es porque tenga más calidad filosófica o humanitaria, ranma que cri-cri, pero el contexto en el que me tocó vivir mi infancia estaba alejado de las canciones infantiles, no fui al kinder garden y desde nena escuchaba lo que mis padres y tios, una mezcla rara entre, folk, heavymetal, rock en tu idioma hasta música norteña gracias a la cultura popular, pero cri-cri nunca, a veces escuchaba alguna canción de él en el radio o en alguna casa mientras pasaba por la calle, pero no lo identificaba. Un día mientras tenía mi hora de ver la tv. miré la película donde sale ignacio lípez tarzo interpretando a cri-cri ahí fue donde me enteré de que el era el que cantaba la canción de "ay mamá me duele mi diente..." que salía en el spot del dentista del pueblo, jajaja!

me causa gracia, se que para muchos , y por lo que veo para ti también, el grillito significo mucho pero para otros tantos como yo, si no hubiese existisdo nuestra vida sería la misma.

:D

chalee... quizá si lo hubiese conocido de niña no disfrutara ranma como lo hago ahora, jaja!

ops!