Ahora no es Humbert Humbert quien habla, sino la nínfula.
La premisa es conocida, pero no por ello menos perturbadora: una jovencita de trece años es seducida por el hermano de su madre. Por años, ella sostendrá una relación con su pariente que la llenará de placer y dudas por igual. Muchos años después, la chica -ya una mujer madura-, revelará a la familia los cariñitos que se hacía con en tío, sólo para chocar en una pared de indiferencia e incredulidad.
Adriana González Mateos (Ciudad de México, 1961), narra en primera persona y con pluma ágil, a través de 120 páginas la vida de la protagonista y su amante- pariente. La historia comienza desde el primer encuentro y culmina con la revelación de los amores incestuosos. La novela, intencionalmente, no hace mención de nombre propio alguno: todos los personajes son "el tío", "la mamá", "la abuelita", artilugio narrativo que permite despersonalizar a los personajes para así, universalizarlos. Los hechos pueden ocurrir en cualquier familia, con cúalquier tío, en cualquier casa.
González Mateos narra escenas memorables, llenas de erotísmo y lubricidad. La niña, la narradora protagonista, no se ve a ella misma como víctima (por lo menos en la primera parte del relato), pues goza de su despertar sexual; justifica la seducción, encubre el abuso no por miedo, sino por que el secreto es un agregado que maximiza el placer. La escritora se vale de un lenguaje claro, conciso, a veces brutal; llena las páginas de imágenes que incomodan y encantan al lector, que lo hacen cómplice del estupro.
Por desgracia, la historia tiene un defecto que despeña mucho del buen oficio de la escritora: el personaje narrador, que en este caso es la niña seducida, no es consistente en su desarrollo. Cuando niña desmuestra un placer sin culpas, pero en su madurez, cuando decide revelar la relación con el tío, adquiere un tono plañidero y auto- victimizante que no corresponde al de su primera juventud. La muchachita, que vive intensamente sus primeros y familiares amores, aparece en su adultez como una mujer que culpa al tío de sus desventuras presentes.
El lenguaje de las orquídeas sorprende por su oficio, sus imágenes y por la incitación que hace al lector. A pesar de sus fallas, es una obra que merece ser leída. Esta primera novela de Adriana González promete a una escritora plena e incisiva.
Cheque usted la versión de los hechos de la Lola:
EL LENGUAJE DE LAS ORQUIDEAS
AUTOR: ADRIANA GONZÁLEZ MATEOS
COLECCIÓN: Andanzas
EDITORIAL: TUSQUETS
PRECIO ITESO: $119.00
Omar Delgado
2007
3 comentarios:
Justamente andaba buscando algo que leer... y te haré caso para que veas que aún paso por aquí jeje
besos
Me gustaría conocer la versión del tío.
Una historia como esta es muy cotidiana en la mayoría de los hogares, de ahí que es un tema universal, pero la versión de una mujer primeramente en un plano lolita y después de mártir la verdad que no me seduce para nada ir a leerla, ya tenemos un mundo repleto de mártires que día con día se quejan de incesto ya sea con la misma familia o con las autoridades, a saber si todas esas “victimas” fueron primeramente dueñ@s del placer y después se descubrieron ultrajadas , que hueva, la verdad, y cuan hipócrita la raza humana.
Lo que sin duda debe valer la pena leer, es el estilo narrativo y sobre todo investigar que tienen que ver las orquídeas con todo este embrollo. Yo también tomaré la recomendación, soy demasiado morbosa como para dejarla pasar.
PD: Habrá que escribir la versión del tío, juas!
usted no se reprimaa, regaleme ese libro si tiene ganas, que no existe la mensajería? yo pago al recibir chingao!
jajajaja... no se crea. lo buscaré.
Buena noche sr.
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