miércoles, febrero 14, 2007

Bloody Valentine!

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Para Scarface, el único cabrón que ha sabido como festejar este día.
Definitivamente, el día que más me caga en el año es el catorce de febrero.
Y no se crea que el lobo que escribe este pasquín es un amargado (Bueno... un poco). Me gusta que la gente se ame, me gusta estar enamorado cuando tengo el gusto de estarlo. No me molesta en lo absoluto ver parejas besándose en la calle; es más, me dan ternura. Siempre que las veo les deseo lo mejor, les deseo que en verdad sean la excepción que sostiene a la regla.
Por que (Seamos valientes y aceptémoslo), el amor eterno dura, cuando mucho, seis meses.
Lo que no me gusta del catorce de Febrero es la superficialidad, la hipocresía. Maridos que se la pasan madreándose a la esposa ese día quieren compensar todo con un globito; novios que no bajan a la novia de pendeja ese día la llevan a comer; mujeres que se la pasan marcornando al esposo ese día se acuerdan que alguna vez lo quisieron...
En fín. Es sólo que no me gusta que me digan en qué día debo querer.
Mi fobia por este día se debe a dos vivencias muy específicas: la primera es una memoria amarga que me remite a la primaria, a Yolanda y su pelo largo color caoba, a una carta que me tardé cinco horas en escribir, a Yolanda rompiéndola en mi cara. Me recuerda el doloroso instante en el que, horas después, fui y le pedí disculpas, diciéndole que todo era una broma.
Me costó años convencerme de que nadie debe disculparse por querer a otra persona.
La segunda vivencia es, por mucho, más importante. Pasé el 14 de febrero del 1990 en un velatorio de la colonia Roma. Un día antes Othon, hermano de mi padre, se había quedado dormido en la carretera y decidió frenar con el cajón de un trailer.
Recuerdo aún el olor de los cirios, ese que se mete en las narices y te asfixia. Recuerdo también el rostro de estupor de mi padre, el no poder comprender que su hermano menor -el chiquito, el que siempre cuidaba, el que lo enorgulleció al recibirse de arquitecto-, se hubiera ido antes que él; recuerdo también las historias que se tejieron alrededor de su deceso: venía que Querétaro, después de ver a una mujer a la que había pretendido por años. Ella a veces le daba entrada, a veces no. Él nunca tuvo el valor de mandarla a chigar a su madre (Lo que, discúlpenme, era lo más sano), y prefirió consolarse buscando los versos que se esconden en el fondo de las botellas. El día que falleció iba borracho después de un rechazo más de parte de la dama en cuestión.
Ese día aprendí de él que cuando alguien no te quiere, nomás no te quiere.
Por eso prefiero las celebraciones de Chicago, del detallista Al Capone, quien el 14 de Febrero de 1929 le preparó a su más férreo enemigo, "Bugs" Moran, una fiesta de día de los novios en la que fueron invitados especiales 7 ametralladoras Tommy, 368 balas y siete cadáveres.


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Él sí hacia las cosas en grande.
Omar Delgado
2007
P.S. ¡ Bueno, chingá ! Feliz San Valentin.

2 comentarios:

sirako dijo...

yo no quería comentar porque iba a decir allá que 1 persona opina que dbes buscar un trabajo o algo sñi y yo no opino eso.


pero ya no me acuerdo de lo que sí opino ves?

Sandra Becerril dijo...

Yo no odio el 14 de Feb, simplemente me siento a ver como pasa leeeento... ya sabes, antes lo amaba y lo esperaba con ansia pero ahora las cosas han cambiado taaaanto

besos y que tengas excelente semana