viernes, abril 14, 2006

El ataque de los monaguillos.

O Cómo poner al país al borde de una guerra civil.
Estoy sumamente preocupado. En los últimos días las campañas políticas de México han tomado un caracter de intolerancia que comienza a apestar a pólvora y separo. Este 2006 se elegirá Presidente de la República. Tres son los aspirantes, Andres Manuel López Obrador, Felipe Calderón y Roberto Madrazo (Bueno, son cinco, pero los otros nada más están de adorno).
Geografía de un cuadrilátero.
López Obrador, de tendencia centro Izquierda, va a la delantera en casi todos los sondeos de preferencias electorales en esteabril de 2006. Felípe Calderón va en segundo. Este hombre es de tendencia derechista ( Es decir, partidario del Líbre Comercio, de la reducción del Estado, la defensa de la propiedad privada y enemigo del estado láico); además, su partido, Acción Nacional, tuvo sus inicios en el Movimiento Sinarquísta Mexicano, promotor de una de las guerras religiosas más sangrientas de principios del siglo XX.
Durante casi 70 años, el Partido Revolucionario Institucional (PRI para los cuates), gobernó México más mal que bien. Los últimos gobiernos emanados de ese partido ocasionaron crisis recurrentes que enviaron las finanzas públicas al fondo del pozo. Tengo 31 años, y recuerdo que, en esos aciagos tiempos (los setentas y los ochentas), todo mundo ponía sus esperanzas en Acción Nacional. La generación que actualmente tenemos de treinta a treinta y cinco años pasamos nuestra infancia escuchando a nuestros padres y parientes decir: "Solo el PAN podrá quitar a los ladrones y a los corruptos"."Hubo fraude. El PAN ganó y el PRI volvió a tomar el poder". etc."
En el 2000, el PAN ganó. Vicente Fox, un candidato atípico por su desparpajo y su aparente sinceridad, arrebató la presidencia al PRI. Mucha gente se llenó de esperanza por ello: "Ahora sí, ya ganamos". Decía todo el mundo. El triunfo de Fox generó muchas espectativas, que fueron traicionadas en su mayoría: el gobierno panista resultó uno de los más corruptos y fatuos de los que haya sufrido México. La esposa del presidente, de manera abierta, busco suceder a su marido; infinidad de negocios que rozaron con lo ilegal (y algunas veces francamente lo alcanzaron) fueron hechos por los parientes, amigos y camaradas del predidente Fox.Él mismo, en su cargo, desmotró una incapacidad yuna falta de miras que varias veces estuvo a punto de causar conflictos internacionales... y por último, y para terminar, Fox abiertamente buscó (y busca) imponer a su sucesor.
En el Distrito Federal se manejaba otra historia. Por segunda ocasión, repetía un partido de izquierda en el poder. El Partido de la Revolución Democrática (P.R.D), había hecho que Andres Manuel López Obrador fuera jefe de gobierno. Desde ese momento, Andres Manuel, o el peje, como se le apodó por su origen tabasqueño, se convirtió en un candidato natural para la presidencia en el 2006. Su gobierno, aunque pudo ser pejor, fue postivo: se construyó obra pública en la ciudad, se creó una nueva universidad pública con su respectivo sistema de educación media superior, (La UACM), se ayudó económicamente a grupos vulnerables tales como la gente de la tercera edad, las madres solteras y los discapacitados. Esto convirtió a López Obrador en un político sumamente popular. A pesar de que su gobierno fue manchado por actos de corrupción (Ponce, Bejarano y demás), el peje siguió en la punta de las encuestas para suceder a Vicente Fox; López Obrador sobrevivió, el año pasado, a un intento de parte del gobierno federal de quitarlo del camino a la presidencia, por medio del famoso affaire del desafuero.
El fin que justifica el odio.
Abril 2006. Desde hace cuatro meses están las campañas políticas. Los candidatos a la presidencia son: López Obrador por una alianza de partidos izquierdistas; Felipe Calderón por el partido del presidente (Acción nacional), y Roberto Madrazo por el PRI, el partido que durante 70 años gobernó a México.
El PAN y su candidato, queriendo frenar la popularidad del Peje, ha iniciado una serie de acciones que comprometen seriamente no solo el proceso electoral, sino la propia sanidad del país: Los diputados del PAN, por conveniencia, aprobaron el esperpento llamado Ley Televisa, con el fin de que las televisoras les fueran propicias; desde hace un mes, por todos los medios posibles, el PAN ha iniciado una campaña depropaganda negra en contra de López Obrador. Campaña que, en muchas ocasiones, se basa en mentiras y exageraciones y cuyos ejes son: un constante señalamiento a los errores de López Obrador como jefe de gobierno de la ciudad de México (Perfectamente justo, por lo demás), y un "cuestionamiento" a las acciones que tomaría un peje en la presidencia. Basándose en la tendencia izquierdista del candidato, el PAN, sus organizaciones afines y los medios de comunicación cómplices, con auspicio de todo el gobierno federal, han difundido la idea de que López Obrador como presidente sería "un peligro", que se aliaría con gobiernos como el Cubano o el Venezolano (También de tendencia izquierdista y "populista"), y que eso traería como consecuencia el caos y el colapso del país.
Esta campaña ya ha rendido sus primeros y ponzoñozos frutos: ahora México vive una fuerte polarización, pues las clases medias urbanas han creído todos los infundios de la propaganda; por otro lado, los partidarios de López Obrador han endurecido su posición. Los intelectuales han tomado partido por el izquierdista, lo cual los ha hecho objeto del escarnio público (intelectuales de la talla de Elena Poniatowska, Carlos Monsivais o José Emilio Pacheco han sido ridiculizados públicamente por funcionarios panistas). México se partió en dos: las clases medias, pobremente preparadas, suceptibles y manipulables por el miedo por un lado y las clases bajas (que no cantan mal las rancheras comparadas con su contraparte clasemediera) y la intelectualidad, las cuales se han unido en un matrimonio atípico.
Sangre en la mina, o ¿Adonde se me fueron estos cien años?
Por último, hace unos días, el 20 de abril del presente, una huelga de mineros en la población de Lázaro Cárdenas en Michoacán fue reprimida por miembros de la Policia Federal Preventiva de de la Policía de la entidad, con el saldo de dos trabajadores muertos y decenas de heridos. Este hecho lamentable tiene muchas aristas, pues si bien el gobierno fedral, a petición de los dieños de la mina, Grupo Sircartsa, intervinieronen el paro obrero, también participó el gobierno de Michoacán, cuyo mandatario es del mismo partido que López Obrador.
El gobierno de Fox, el que tanto presumió su aptitud de no-represión, acaba manchado de sangre. Esto ya tuvo un resultado inmediato: en diversas partes del país han estallado huelgas de mineros, suceptibles también de ser aplastadas por la fuerza. El PAN, y Calderón, su candidato, aceptan y aplauden estas salidas. "Es el estado de derecho", dicen. Lo que no recuerdan, por desgracia, es que esa masacre tuvo un precendente en Cananea, en 1906; No recuerdan que un candidato, llamado Francisco I. Madero, también fue hostigado por el poder en turno; no recuerdan la polarización, la miseria, la desesperanza, que corría en México a principios del síglo XX. No recuerdan, tampoco, que todo ello tuvo como resultado, en 1910, la primera revolución social del siglo XX.
Diría un buen amigo: Escoge que vas preparando, tus maletas, o tus fusiles.... y vete aprendiendo la letra de "La Adelita".
Omar Delgado.
2006
(los monos de este blog fueron tomados de La Jornada, y sus autores son El Fisgón, Hernández y Helguera).
(La adelita, para los compas extranjeros, y para los neoliberales que visiten esta página, es una canción emblemática de la revolución mexicana)

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