Vida, obra y milagros del Joker
Ahora que se encuentra en carteleras la segunda entrega del Batman de Christopher Nolan (La primera fue la magnífica Batman Begins), es pertinente recordar las raíces de quien es, por mucho,
Es de sobra conocido que el actor encargado de darle vida personaje, el australiano Heat Ledger, murió poco después de que terminara el rodaje a causa de lo que fue, en apariencia, una sobredosis de medicamentos. El intérprete, de 28 años al momento de su fallecimiento, se había desarrollado como un actor sin muchos méritos hasta la polémica Brokeback mountain (Ang Lee, 2006), película en donde encarna a un rudo vaquero aficionado a que su cuate del alma le explorara la próstata. Ahora, con su interpretación del villano de los cómics, aparentemente se consagró como un actor muy prometedor al que desgraciadamente no se le verá más en el celuloide ni en ningún otro lado.
Eso podríamos considerarlo otra de las bromas del Joker.
Los primeros chistes
The Joker fue creado por allá de 1940, durante la época dorada del cómic. Aún se debate si su nacimiento fue obra del mismismo Bob Kane (el padre del murciélago), o de uno de sus achichincles llamado Jerry Robinson. Durante sus primeras apariciones, el villano era presentado como un ladronzuelo de segunda cuya característica principal era dejar naipes con la figura del comodín (de ahí su nombre), a manera de firma, en sus escenas del crimen. Originalmente, el payaso debía de morir en su segunda aparición, pero Kane vio potencial en él y lo rediseño, haciendo que pasara de un bobalicón que dejaba cáscaras de banana para que los policías que lo perseguían se cayeran, a ser un sicópata de gran inteligencia y sobrados recursos para matar.
Es de sobra decir que la visión de Bob Kane fue la correcta. El Guasón pronto se convirtió en la contraimagen perfecta del murciélago, pues mientras el segundo era revestido con un aura de pesada solemnidad, el Joker se presentaba como un ser terrible y desmadroso que gusta dejar cadáveres a manera de chiste. Incluso los colores utilizados en ambos personajes, chillantes para el payaso, oscuros para el justiciero enmascarado, ilustran a la perfección la dicotomía que representan: el orden contra el caos, el deber y el honor contra la más absoluta degeneración. Así fue como esta dupla, quizá la más fuerte de la mitología de la historieta, sigue vigente casi setenta años después.
Un payaso con historia
Si alguien escarbara en las raíces literarias y cinematográficas de muchas de los personajes de historieta, se daría cuenta de que los prejuicios acerca de la historieta-como-diversión-para-mocosos son injustificados. Muchos de los genios de este género narrativo, tales como Stan Lee, Jerry Siegel, Adam Moore o Frank Miller, tuvieron una sólida formación en letras o, por lo menos, una cultura bastante amplia. Es por ello que muchas de sus creaciones, que para muchos son simples ocurrencias de pubertos, en realidad tienen bastante sustento en la cultura universal. Superman fue creado a partir la mezcla de mitos tan disímbolos como el Moisés de los hebreos y el Heracles de los griegos; el Flash es una reelaboración moderna del dios romano Mercurio y Batman no es sino una puesta al día tanto de las novelas de caballería como de las historias de género negro. El caballero oscuro, encarnación del héroe doliente, tiene sumergidas sus raíces en culturas tan diversas como la maya (la alegoría del Dios murciélago Kama Tzoz es evidente), como de la griega (Tiene puntos en común con Dédalo, presentes tanto en su ingenio como en su capacidad de vuelo).
En los villanos el esfuerzo no ha sido menor. Hay algunos antagonistas que incluso son más protagónicos que el héroe mismo. Tal es el caso de Joker, cuyas raíces se pueden rastrear en la figura arquetípica del Trickster, el cual, según las teorías del psicoanalísta Carl Gustav Jung y sus seguidores, es el personaje de los relatos mitológicos que encarna al travieso. Esta figura, que en apariencia es maléfica, en muchos de los relatos aparece como el que desafía al orden divino y que, por medio de sus bromas y engaños, logra que el universo cambie sus mecanismos en beneficio de la civilización humana.
Tricksters célebres existen en muchas y muy diversas culturas, siendo los más representativos el Loki escandinavo, el Eshú africano y el Tezcatlipoca mesoamericano. Cabe mencionar que las visiones dualistas del mundo estos númenes se relacionan con las fuerzas del mal. Esto es cierto solo en parte, pues el caos y la destrucción forman parte de sus atributos, pero los tricksters también son la bisagra que permite abrir la siguiente etapa de la historia humana. Son los que destruyen para que todo vuelva a surgir.
Es posible ver que, consciente o inconscientemente, Bob Kane y sus colaboradores decantaron las cualidades más perversas del mito del travieso junguiano para moldear a Joker, quien representa las bromas más siniestras que nos puede jugar el destino. El guasón es la montaña rusa que se descarrila llena de niños, el bebé que se asfixia con un globo de fiesta, el padre que se rompe el cuello mientras trata de bajar por la chimenea vestido de Santa Claus; es el espíritu que vuelve dolor lo que debería ser divertido.
A nivel estético, los creadores del guasón se basaron en la película “El hombre que ríe”, película silente dirigida por Paul Leni en 1928 y basada en la novela homónima de Víctor Hugo. Este filme cuenta la historia de Gwynplaine, un comediante de la época de Jacobo I de Inglaterra, desfigurado desde su niñez por medio de la operación de
Al ver algunas partes de “El hombre que ríe”, es posible ver que los creadores del guasón calcaron casi exactamente las características de Gwinplaine: figura delgada, rostro alargado, pelo verdoso, cutis pálido y sonrisa permanente. Estas características fueron luego retomadas por Alan Moore y Brian Bolland en lo que sería el relato fundacional del Joker: The Killing Joke.
Nace un villano
La broma siniestra (La traducción más exacta que puede haber para la intraducible frase The killing joke), es un cómic autoconclusivo escrito por el genial Alan Moore y dibujado por Brian Bolland. Tiene el mérito de quitar los rasgos bufonescos del Guasón para presentarlo como es: un peligroso sociópata. La historia versa alrededor de un atentado que comete Joker en contra del Comisionado Gordon y su hija Bárbara, a la cual deja paralítica. Dicha anécdota se intercala con diversos analépsis (o backflashes), que nos cuentan el origen del payaso. Al principio, Joker es un hombre común que abandona su profesión de ingeniero químico para convertirse en comediante. Luego de su fracaso en el escenario, y con una esposa y un hijo por venir, acepta unirse a una banda de ladrones que pretenden atacar la planta química en donde trabajaba. Antes del ilícito, al hombre que luego sería Joker le informan que su esposa y su bebé murieron electrocutados con un calentador de biberones. Así, sin nada que perder, va al asalto y se enfrenta con Batman, quien accidentalmente lo arroja a un contenedor de químicos. El hombre se recupera, ya desfigurado, y pierde la razón. El Joker había nacido.
Tal vez la parte más interesante de The killing Joke, además del origen del bromista, es el reconocimiento que tienen él y Batman durante el enfrentamiento final. Tanto el payaso como el murciélago se dan cuenta de que son dos mitades de una misma moneda, que sus destinos están entrelazados y que sus enfrentamientos sólo terminarán con la muerte de uno de ellos. Paradójicamente, Joker y Batman se crean mutuamente y, por lo mismo, no pueden destruirse, son siameses unidos por el pecho.
Truman Capote explicó alguna vez a uno de sus amigos la causa de sus simpatías por el asesino Perry Smith con esta frase: “Es como si los dos hubiéramos nacido en la misma casa, pero que, mientras yo salí de ella por la puerta del frente, Perry lo hizo por la trasera”. Podríamos decir que Batman y el Guasón se explican de esa manera, pues ambos nacen a raíz de sus tragedias personales, pero mientras Bruce Wayne eligió la puerta del deber y la justicia, el payaso elige la de la locura.
The Joker´s variations
Guasón Glamp
En los medios audiovisuales, el payaso ha sido interpretado por diversos actores y ha sido encarnado en distintas estéticas. En los sesentas, con los códigos de decencia y buenas costumbres encima, el caballero de la noche fue despojado de gran parte de su aura siniestra original. Esto es evidente en la serie televisiva Batman, transmitida entre 1966 y 1968, en donde aparece como un superhéroe muy A-gó-gó, con pancita chelera y todo, que combate a villanos tan inocentes que le provocan al espectador más de una sonrisa de ternura.
Uno de ellos es el Joker interpretado por el actor Cesar Romero, el cual no tiene nada de intimidante. El actor cubano-americano encarna a un personaje bobalicón y cándido no muy alejado del primer Guasón de las cáscaras de banana. A pesar de que la estética del personaje se respeta, este avatar del payaso es demasiado infantil para ser considerado un supervillano. Muchas veces, en la serie televisiva, el Joker de Romero es atrapado más por sus propias tonterías que por la labor detectivesca del Caballero de la noche.
La muerte viste de morado
En 1989, Tim Burton entrega su propia versión de Batman, retomando la atmósfera decadente y enferma del personaje original. En la visión del cineasta, el murciélago es un sicópata no muy distinto de los villanos a los que combate.
En esta primera película de las dos que realiza Burton, el Caballero se enfrenta al Joker, encarnado en el actor Jack Nicholson, el cual se presenta como un mafioso llamado Jack Napier. Durante un asalto a una planta química, Napier es atacado por Batman. Como resultado de la escaramuza, el mafioso es desfigurado y cae dentro de un contenedor de químicos que le provocan tanto la mueca sonriente como la piel blanca. Al crear a su Guasón, Burton se basa tanto en la historia original de Joker como en el referente literario de la obra de Víctor Hugo, pues durante la pelea a Napier le explotan vidrios que se le incrustan en la cara, provocándole sin intención la operación bucca fissa de la que hablamos anteriormente.
Este Joker es presentado como un tipo extremadamente inteligente y enloquecido, el cual causa sufrimiento y muerte sólo por diversión. Burton subraya la parafernalia circense del payaso, al dotarlo de artilugios mortales tales como flores de solapa con ácido, globos llenos de gas tóxico y pistolas de broma sin broma. El Guasón de Nicholson es quizá el más fiel a la imagen más extendida del personaje en la cultura popular.
El Joker verosímil
Si bien el Guasón de Burton es el más coherente dentro de la mitología del murciélago, aún sigue conservando rasgos hiperbólicos que lo hacen no creíble. Es entonces cuando llega el cineasta Christopher Nolan a entregar un Joker más aterrizado en la realidad.
Batman Begins, dirigida por el mencionado Nolan y escrita por su hermano Jonathan, tuvo el gran mérito de explicar el cómo un hombre puede convertirse en Batman con medios anclados en la realidad. En la presente The Dark Knight, ambos someten al mismo proceso al payaso sanguinario. En primer lugar, director y guionista despojan al personaje de toda su parafernalia circense, dejándolo como un asesino puro y llano, gustoso de utilizar navajas y explosivos; luego, lo dotan de un torcido sentido del humor que le permite poner al murciélago en disyuntivas realmente terribles (Salvas a uno o a otro, no a los dos). Finalmente, el Joker es investido de una profundidad sicológica que no se había visto en ninguna de las versiones anteriores, para así crear, paradójicamente, un villano profundamente íntegro. El Guasón de Nolan, como lo explica uno de los personajes de la película, es quizá el criminal más difícil al que se enfrenta el murciélago por una sola razón: no se le puede comprar con dinero ni con poder. El Joker de The Dark Knight es incorruptible en su locura. Su meta es la destrucción por la destrucción.
Además, esta última versión del murciélago reelabora esa paradoja que con maestría expone Alan Moore en The Killing Joke: el hecho de que Batman y el Guasón se alimentan mutuamente y que es imposible concebir a uno sin el otro. De hecho, el diálogo final entre los personajes es casi el mismo que el que entablan en la mencionada obra de Moore.
Últimas carcajadas
Durante su vida activa, Joker se ha convertido en una de las imágenes más conocidas del octavo arte, que incluso ha encarnado con precisión, junto con Hannibal Lecter, el espíritu del mal actual: un ente sumido en la locura más rabiosa, sin otras reglas que las propias, capaz de sacrificar a miles de inocentes solo por capricho. Quien me diga que a distancia ente este payaso de la ficción y otros reales como George W. Bush es mucha, debería de leer más los periódicos. (Únicamente que el Joker es un poquito más simpático).
Así que, continuemos riendo.
2008
Nota: este post le debe mucho al excelente trabajo del podcast Testigos del crimen. Gracias a Roberto Coria y a Guadalupe Gutiérrez por su involuntario apoyo.
2 comentarios:
Ya es mas de un año que leo este blog y realmente me gustaria felicitarte se que muchos te lo han de decir pero escribes muy bien tanto que el leerte es un verdadero deleite. Y si hoy despues de tanto tiempo sin expresar mi admiración, he decidido dejar el comentario es porque gracias a tus letras me nacio el amor a la literatura. Gracias y aunque no me conozcas ni yo a ti, has sido participe de una enorme felicidad en mi.
Finísimo rastreo de los orígenes del Joker.
En el personaje de Victor Hugo ya se ve el germen de muchas de las características que después desarrollaría este "hombre que ríe".
Geniál la asociación con el Trickster vía Jung. En cierto sentido en la última encarnación por Heath Ledger, Joker es un agente del caos que hace explotar a un orden podrido.
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