lunes, julio 09, 2007

El derecho a la estulticia

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Aclaración del lobo: si me ponen una selección así como la de la foto, a huevo que me vuelvo hincha.

Unas reflexiones para documentar nuestro optimismo (Carlos Monsivais Dixit):

Cuando en México se está gestando un gobierno represor, enemigo de las libertades individuales al tiempo que la desigualdad económica, el desempleo y la corrupción se profundizan a zancadas... ¿Cual es la principal preocupación de la gran mayoría de los mexican courius? Los partidos de la selección nacional.

Cuando en los Estados Unidos hay un grupúsculo que gobierna para sus propios intereses, que es capaz de mantener una ocupación en Irak que está costando miles de vidas en ambos bandos. ¿Cual es la preocupación de la mayoría de los gringous? Las penurias de una princesita decadente llamada Paris Hilton.

Cuando en Francia ha llegado un presidente que pretende desarticular el aparato de seguridad social de su país, un presidente que no tendría empacho en mandar a sus gobernados a las guerras imperiales de papi Bush ¿Cual es el pendiente que a los franchutes les quita el sueño? La vida amorosa de la señora Sarkosy.

Llamar a estos regímenes democracias es muestra de una ironía muy fina. Supuestamente este sistema político es mejor debido a que permite a la gente, por medio del voto "libre", elegir quien lo gobernará. Lo que no le dicen a los ciudadanos es que las opciones políticas que se disputarán su sufragio son, en el fondo, cabezas de una misma hidra: los candidatos son impuestos por una misma elite nacional e internacional; todos tienen planes de gobierno que, en el fondo, perpetúan un sistema económico lesivo contra las mayorías. Además, cuando surge un candidato y un proyecto político que no se ajusta totalmente a la visión de esa aristocrácia, son ferozmente combatidos y (la mayor parte de las veces), exterminados por todos los poderes fácticos de su respectivo pais.... ¿Ejemplos? ...Sobran.

Probablemente el único derecho efectivo que tiene el ciudadano de las democracias occidentales (además del muy sacrosanto derecho a morirse de hambre si no se tiene dinero), es el de la estupidez. Como habitantes de estos preclaros régimenes, tenemos todo el derecho a seguir las andanzas de once tarados que con trabajos saben patear un balón, condolernos o alegrarnos de las desgracias y reventones de una princesita siliconeada o comentar apasionadamente los desordenes afectivos de una renacida madame Bovary. Sí, señores, tenemos el derecho constitucional, humano y absoluto de ocuparnos de nimiedades mientras los políticos corruptos y los empresarios deshonestos hacen las jugadas subterraneas que, de a poco en poco, hacen más dificiles nuestras condiciones de vida.

Y, por supuesto, el ciudadano de estos países defiende con pasión su derecho a ser baboso. Con esto no se condena la evasión, un recurso totalmente necesario para descansar un poco de la realidad en que vivimos (la literatura también es una evasión, en el fondo). Lo criticable es que la mayoría de los habitantes de las llamadas democracias no asuman su papel como ciudadanos (lo cual conlleva no solo derechos, sino también obligaciones), y se dediquen a gastar su tiempo y sus energías en asuntos banales; aclaro: lo criticable no es que nos guste el futbol, los chismes de la farándula o el cine (Todos tenemos pasatiempos), sino cerrarnos en esos temas sin preocuparnos de lo que pasa en nuestro entrorno.

Es cierto: la política es un negocio mierdero y desgastante, pero también es un asunto que nos afecta directamente en la vida diaria. La guerra en Irak no desaparece sólo con cambiar al canal E!; el desempleo no se detiene ni se corrige al irse a gritar "México", al Ángel de la independencia; nuestras autoridades no dejan de robar cuando estamos viendo Lety la Fea. Los medios de comunicación deslegitiman a propósito el ejercicio de la política para que el hombre o la mujer comúnes no se interesen por ella (además de, por supuesto, la deslegitimación que de ella hacen los propios políticos), la presentan como corrupta, chueca, propia de malandros de traje y escoltas. Esta es una visión parcial. La política también es organización comunal, es acción afirmativa (por utilizar un termino propio del gabacho), es también la lucha por los derechos de las minorías y contra las injusticias que sufre la mayoría empobrecida.

Evidentemente, las oligarquias que nos gobiernan están encantadisimas con este ciudadano posmoderno que ni por equivocación lee un periódico o compra una revista de análisis. Aplauden con furor al individuo que hace cara de fuchi cuando le mencionan las palabras "partido", "candidato", "derechos" o "movimiento"; ponen como ejemplo de chico ejemplar al adolescente que chasquea la boca en cuanto alguien intenta debatir alguna idea. Nos mandan el mensaje: "No´mbre ¿Para qué te interesas por eso? Son puras mamadas. Mira, la neta es el fucho, lo mero importante es la Niurka que anda de nalgasprontas; lo que debes de saber a detalle son las profundas opiniones de Dulce María y de los demás Rebeldes".
Así pues, si Francis Fukuyama (El takataka que vaticinó el fin de la historia) no le acierta, y vuelve a gestarse otra revolución a la manera de la rusa o de la francesa, el grito se revalorará.
Igualdad, libertad, fraternidad... y estupidez.
Con todo respeto a mis amigos panboleros (Lo confieso, yo también fui al Ángel alguna vez)
Omar Delgado
2007

2 comentarios:

Dolores Garibay dijo...

qué buen equipo de fútbol.

Me pregunto si pusieramos a estas mujeres a jugar en lugar de los seleccionados nacionales, tendríamos algún chance de ganar una copa mundial. O al menos harían un mejor papel que nuestros "futbolistas profesionales".

Besos chilangos

Dolores Garibay dijo...

P.S. ¿En serio fuiste alguna vez al Ángel?