jueves, diciembre 28, 2006

2006: Un año con complejo de siglo.

Algún día, cuando la distancia que da el tiempo de refinar. Serán los historiadores, los escritores, los estudiosos del fututo los que darán una vipermita a otras plumas más virtuosas escribir de estos tiempos objetivamente, podremos tener una visión más sana y un análisis menos visceral del año que nos acabamos sión más fría y equilibrada de éstos tiempos.
Por lo mientras, a los que nos tocó vivir el 2006, nos queda dar nuestro punto de vista totalmente subejtivo y parcial en la inmensa mayoría de los casos.Nos toca ser cronistas, testigos que dan fe de lo que vieron sin pretender interpretarlo. Este año nos barrió como su de un vil tsunami se tratara, nos cambió como nación y torció nuestras perpectivas acerca de México y del futuro del país.
Pero vayamos por partes (Jack the ripper dixit)


a) El inicio de un año acomplejado
2006 inició como un año que, sabiamos, iba a ser dificil. Se acercaba una contienda electoral que se antojaba aguerrida. Iniciaba también el sexto año de la administración de Vicente Fox, primer presidente de la alternancia después de décadas de ser gobernados por el P.R.I. Fox generó muchas espectativas cuando llegó al poder, y su gestión no las cubrio. Sin embargo, a principios del 2006 se tenía la percepción de que el presidente Fox, si bien no había sido el reformador que la nación esperaba -y necesitaba-, tampoco había sido un fracaso. El relativo "éxito" de la administración Foxista -hasta el 2005-, se debía principalmente a factores ajenos a ella: la estabilidad económica que se logró por el control inflacionario, los exedentes petroleros y la percepción de que, a pesar del Defecto Fox, México había dejado atrás los tiempos del partido hegemónico, de la simulación democrática y los megafraudes electorales. La nación, a pesar de todos sus problemas, presumía de ser una democracia funcional.
Pero, cómo diría cualquier viejo sabio: dime de que presumes...



b) Comienza la guerra electoral.
Al inicio de la contienda Andrés Manuel López Obrador, ex-alcalde de la ciudad de México, de tendencia izquierdista-nacionalista, encabezaba las encuestas para la elección que se llevaría a cabo el dos de julio de 2006. Lejos, avanzaba en segundo puesto Felipe Calderón, candidato del P.A.N, el partido en el poder. Después de una campaña errática Calderón y el PAN enfilaron sus baterías contra López Obrador y su proyecto de país. El partido en el poder, el gobierno federal, las asociaciones de empresarios y una buena parte de la población combatieron sin cuartel al Peje. Esta guerra sucia dejó una dolorosa división en la sociedad mexicana, división que, si bien estaba latente, se exacerbó y se utilizó para que el PAN retuviera el poder.

c) ¡Vuelven los ochentas! (Pero los 1880´s)


La campaña electoral se mantuvo en el centro de la atención ciudadana por todos los meses precedentes a la elección. Sin embargo, no fue lo único que pasó. Pasta de Conchos, una mina del estado de Coahuila, explotó ocasionando que murieran setenta mineros. El hecho, trágico de por sí, evienció las condiciones de pecariedad en las que siguen trabajando los trabajadores del subsuelo. El gobierno federal minimizó e incluso maltrató a las víctimas y sus deudos, y aprovechó la tragedia para ajustar cuentas con Napoleón Gómez Urrútia, el corrupto lider del sindicato de mineros. El hecho ocasionó que varias minas y empresas relacionadas se fueran a la huelga, de entre las que destacó la siderúrgica Lázaro Cárdenas, en Michoacán. Por otro lado, debido a un conflicto entre la autoridad municipal y comerciantes de flores, el grupo de los Macheteros de Atenco tomó la alcaldía de Texcoco. Ambos movimientos fueron reprimidos por la Policía Fereral Preventiva (P.F.P)
Por otro lado, en el sur del país, lo que comenzó como un movimiento magisterial para la rezonificación de la sección 23 del sindicato de maestros se convirtió en una abierta insurrección en contra del gobernador del estado, Ulíses Ruíz. La APPO, como se le llamó al conglomerado de movimientos sociales oaxaqueños, mantuvo el control dela capital del estado hasta que a finales de noviembre del 2006 sus integrantes fueron reprimidos por la cada vez más militarizada P.F.P.
d) ¿2006 o 1988? ¡Me robaron dieciocho años!


El día dos de julio México votó. Todo indicaba que Andrés Manuel López Obrador había ganado la elección. A las 23:00 horas el Instituto Federal Electoral anunció que los resultados no eran concluyentes debido a lo cerrado de la elección, y que se darían cifras hasta el día 6 de julio. el hecho trajo a la sociedad mexicana recuerdos de 1988, año en que, gracias a un fraude electoral, se impuso a Carlos Salinas de Gortari como presidente de la república. La pobre actuación del IFE, la arrogancia del gobierno federal y la renuencia Acción Nacional a un conteo voto a voto ocasionaron un conflicto postelectoral cuya manifestación máxima fue el megaplantón del PRD a lo largo de avenida Reforma que bloqueo dicha avenida por mas de un mes. A pesar del conflicto, el Tribunal Federal Electoral ratificó (Nunca mejor dicho) a Felipe Calderón como presidente electo. Calderón, desde ese momento, estabadestinado a ser un mandatario con una carga de ilegitimidad como sólo la tuvo Carlos Salinas de Gortari.




e) Dos presidentes, dos países.


El 16 de septiembre de 2006, diez días después de que Calderón fue proclamado presidente electo, Andrés Manuel López Obrador fue proclamado presidente legítimo por sus simpatizantes en el zócalo de la ciudad de México. El 1º de diciembre, Felipe Calderón, protegido por un ejercito de elementos del E.M.P, tomó posesión como presidente "electo" de México. Ese fue el fin de un proceso que se había gestado durante todo el año, el de la profunda división que el año electoral dejó en la sociedad mexicana. Nos encontramos ahora, empezando este 2007, como a mediadios de los 1800, divididos entre conservadordes y liberales, entre ricos y pobres, entre nacos y popis y cualesquiera epíteto que se quiera utilizar.



f) Binvenidos a la franquísta república mexicana por la gracia de Dios (Y del IFE).


Felipe Calderón y su troupe llegaron a la presidencia de safe, con muy poca legitimidad y con movimientos sociales activados en su contra. Además, durante el sexenio de Fox los carteles del narcotráfico extendieron sus actividades como nunca antes. La violencia relacionada con tan decente rublo económico estaba desatada en estados como Tamaulipas, Michoacán y Baja California. Calderón sólo tenía dos opciones para tratar de obtener un poco de fuerza: o conciliaba con sus enemigos polìticos o enrurecía la pólítica interna. Eligió esto último. Como desde hace mucho no se veía en un presidente de la república Felipe Calderón se cobijó en los aparatos represores del estado, especialmente en el ejercito y en el Estado Mayor Presidencial; en su presupuesto para el 2007 realizó importantes recortes para la educación y la cultura y un considerable aumento en los dineros destinados a las fuerzas armadas y policiacas; mandó reprimir a la A.P.P.O y sostuvo en la gobernatura al impresentable Ulises Ruiz; Inició operativos en muchacán para combatir al narcotráfico, tan ostentosos como inútiles.


Por si fuera poco, en los últimos días del 2006 y primeros del 2007 las malas políticas económicas ocasionaron que se elevara el precio de la leche, la gasolina y la tortilla, golpeando más el ya lastimado bolsillo del mexicano, noticia que se juntó con una imágen que quedará grabada en el imaginario colectivo: Felipe Calderón, en traje militar de faena, flanqueado por la plana mayor de las fuerzas armadas del país.



g)Feliz daño nuevo.


Las perspectivas para éste 2007 y los próximos años se antojan difíciles para las fuerzas que buscamos un cambio verdadero en los rumbos del país. Es evidente que continuará y se edurecerá la política económica que crea cada vez más pobres en beneficio de una aristocrácia (Aunque, como ciertos analistas sostienen, sería más conveniente llamarla Kakioscrácia: el gobierno de los peores).; una política interna cada vez más represiva hacia los movimientos opositores en donde por supuesto no faltarán los macanazos (esos sí muy democráticamente distribuidos), las detenciones arbitrarias y los presos de conciencia; un intento de los poderes fácticos (Léase los oligarcas, los medios de comunicación y el gobierno mismo), de acotar y controlar la información, de castigar los movimientos culturales alternativos y el hacer artístico en general.


Además, la izquierda política corre el riesgo de disgregarse y desaparecer. En este 2006 dos de las figuras más importantes de la oposición, Marcos y Cuahutemoc Cárdenas, cayeron víctimas de su propia frivolidad. Andes Manuel López Obrador sigue en un movimiento (La Convención Nacional Democrática), que parece no tomar rumbo ni forma; el P.R.D. como partido corre el resigo de desmembrarse víctima de sus propias pugnas y mezquinidades. Mientras tanto la derecha ya empoderada y dispuesta a seguir en el gobierno por algunas décadas, se bota de la risa.


Pareciera que todo está por caerse, sin embargo, pienso en una reflexión que tuvo a bien compartirme Hugo Hiriart: "El pensamiento conservador ni siquiera puede ser llamado pensamiento, pues no tiene utopías. El conservador quiere que todo siga igual, que nada cambie. Sólo aquel que piensa y siente que la realidad puede ser mejor, y que tiene la pasión por luchar por ese cambio, puede ser llamado verdaderamente inteligente".



Así pues, sigamos embistiendo molinos de viento...



Omar Delgado


2007

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